En el cartel de la película, debajo del nombre del director, viene en un lugar destacado el del guionista, Paul Laverty. Es reconocer una labor vital, y más en cintas como estas, dónde el contenido de la historia es fundamental.
Ken Loach sigue en pie, sigue en la brecha, en este caso denunciando una nueva fuente de explotación muy ligada a nuestro tiempo, la de los repartidores. Hoy se compran por internet muchísimas cosas, desde ropa y calzado hasta libros, pasando por mesas incluso, y son estos trabajadores quienes nos las traen a casa. Puede que Ken Loach fuerce un poco la situación, pero viene bien darse cuenta de las condiciones en qué trabajan, y es creíble lo que cuenta.
Para reforzar esta sensación de agobio, de asfixia, nos presenta una familia trabajadora, con escaso nivel cultural, viviendo en parte de la ayuda, para el alojamiento por ejemplo, que ante cualquier contratiempo corre el riesgo de caer en la exclusión social. Si a esto añades un adolescente complicado, cosa muy normal, el futuro se llena de nubarrones negros.
Sales del cine con mal cuerpo, la verdad; pero para esto también vale el cine.
CALIFIACIÓN: tres/cuatro estrellas (en Metrópoli, tres)
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Ken Loach y Paul Laverty vuelven a
meter el dedo en la llaga, haciendo un retrato feroz del mundo de la
explotación y la precariedad laboral, a través de la vida de una familia obrera
del norte de Inglaterra. Esta vez arremeten contra el trabajo por cuenta propia
de los repartidores de paquetería en este mundo global de consumo incontrolado,
dominado por un capitalismo sin límites, lo que está llevando a unas
diferencias sociales y a unas condiciones de vida que nos hacen pensar en los
primeros tiempos del capitalismo sin ley, tan bien retratado por Dickens.
La historia se retuerce hasta hacer
daño, todas las calamidades posibles se ciernen sobre la familia protagonista,
de manera que llegan a parecer imposibles, es el recurso a la hipérbole de la
fatalidad, efectista, conmovedora, a pesar de sus excesos. El director vuelve a
buscar la autenticidad más absoluta recurriendo a actores no profesionales y
sacando de ellos todo lo que necesita para contar su historia y que nos la
creamos. Descorazonadora.
Vista el 9 de diciembre del 2019
Vista el 9 de diciembre del 2019