Netflix
vuelve a ofrecernos otra enorme película, limitando su difusión a los cines
Verdi, en el caso de Madrid y por escaso tiempo, antes de quedar sólo para la
visión a través de su plataforma.
Sus
tres horas y media de duración responden al formato de una mini serie
televisiva, hecha de una pieza, para ser vista sin despegar ni un segundo los ojos
de la pantalla y por supuesto para disfrutarla en el cine, aunque al final será
vista mayoritariamente en pequeños formatos caseros. Scorsese adapta la novela
de Charles Brandt sobre el irlandés, un matón a sueldo de la mafia. Con un
perfecto uso del flasback nos irá llevando a distintos momentos del pasado,
recorreremos años esenciales en la historia de los EEUU, viendo los estrechos
lazos que jugó la Mafia en el ascenso de los demócratas, con la llegada de John
Kennedy a la presidencia. Telón de fondo histórico y muchos personajes reales. En la trama central, la desaparición del poderosísimo líder sindicalista Jimmy
Hoffa, la novela y la película apuestan por desvelar el misterio; poco importa
si fue o no de ese modo.
El
reparto es espectacular, desde el protagonista absoluto, Robert de Niro, en el
papel del irlandés, a Al Pacino como Jimmy Hoffa, Joe Pesci como Russel
Bufalino o Harvey Keitel como Angel Bruno y los innumerables secundarios que
están de primera.
Disfruté
de cada minuto de esas tres horas y media, no me importaba si no era capaz de
atar todos los cabos, me dejaba llevar por la cámara y poco importaba que
perdiera alguno de los personajes de su intrincada trama.
Vista el 22 de noviembre del 2019