Se trata de un remake de una película
israelita que los críticos animan a ver para poner a ésta en su lugar. No he
tenido la posibilidad de hacerlo, así que me limito a comentar esta versión
estadounidense. Se centra en presentar un país multicultural, la profesora de
parvulario enseña a niños muy heterogéneos, el que le rapta el sentido, el
pequeño poeta, es de origen hindú. El profesor de las aulas de poesía a las que
asiste la maestra por las tardes tampoco es un blanco anglosajón, sí lo es
ella, sin embargo. En esa realidad social en la que prevalece como principal
valor el éxito económico, la poesía no tiene cabida; de ahí que la maestra
decida arriesgarlo todo por salvar el impulso creador de ese niño, antes de que
lo engulla el sistema y le quite la voz. Lo vemos todo a través de los
sentimientos de la protagonista, sus frustraciones, sus anhelos, esa disección
de sus sentimientos es lo que vale la pena de este cuento sin final feliz.