Poética, estremecedora, capaz de
contar el terror a través de efectivas elipsis. No hay un análisis de la
realidad del momento, se contextualiza con la ambientación y la datación y se
narra siguiendo el hilo de la memoria de una madre desgarrada. Es una historia
íntima pero que describe eficazmente el sufrimiento impuesto a la población
camboyana bajo la dictadura revolucionaria de los jemeres rojos. Contrasta la paradisíaca visión de la naturaleza frente al infierno en el que viven sus
habitantes.