domingo, 28 de septiembre de 2014

Sacro Gra de Gianfranco Rosi

Lo que opina Ana:
Sacro Gra es una película para cinéfilos, no apta para el gran público adicto al consumo de palomitas. Se trata de un documental  íntimo, “fisgón”, que mira a la cara  a gentes alejadas de las miradas , casi invisibles, o a veces demasiado visibles por haberse convertido en mercancía, como las gogós de un bar inmundo del extrarradio romano, o las prostitutas que ejercen su oficio apostadas en unas vías llenas de coches y camiones. A veces  se pasa a la imagen pictórica que brilla entre la nieve o la niebla, creando composiciones estáticas de gran belleza en un mundo mayoritariamente sórdido, pero en el que puede  también despuntar un tono lírico, siempre nostálgico, como el retrato del trabajo de limpieza en el cementerio, o el pastoreo de ovejas, impertérritas al feroz ruido del tráfico infatigable en esa muralla que encorseta la gran ciudad romana, que nunca llegamos a ver.
Asombra que tantas personas se hayan dejado retratar en su intimidad, hay un gran trabajo detrás de las cámaras para llegar a entablar una relación tan cercana.  El director recorrió a pie 300 k en un  peregrinaje personal  que le ha llevado a tener una visión muy personal del inmenso extrarradio romano.
Emilio: El hecho de que este documental haya obtenido el León de Oro del Festival de Venecia en 2013 (primera vez que un documental obtiene este galardón en el Festival) le ha dado una notoriedad que no hubiera tenido. Profundamente respetuoso y convertido en un observador casi ausente, Gianfranco Rosi se vale de unos pocos personajes especiales para enseñarnos quién vive en las proximidades de esta vía de circunvalación romana, siempre sacudida por el ruido de los coches y de los aviones que en sucesión continua aterrizan en el aeropuerto cercano. Son personajes bastantes de ellos excéntricos, en todos los sentidos, geográfica y profesionalmente, pero no marginados (las prostitución tan frecuente en estas geografías está tratada de forma lejana, aséptica, casi como no la hubiera). Las imágenes, muy bien enlazadas entre si para dar continuidad al viaje, aunque sea circular y cerrado, de la circunvalación (La Grande Raccordo Anulare), desde dentro y desde fuera, muestran diferentes momentos de la vida en la sucesión de estaciones; cuando llega el invierno un manto de nieve une  a los vivos atrapados en un atasco y a los muertos, encerrados en sus ataúdes del cementerio, una de las visiones más significativas y extrañas del documental.
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