Los críticos han destacado el poder hipnótico que provoca la protagonista Marine Vatch, una chica guapísima, intrigante, misteriosa.
La situación que plantea Ozon es extraña, no imposible y tal vez sea más común de lo que pensamos, sólo hay que ver la cantidad de páginas porno que hay en la red. Una chica burguesa, sin razón clara ni necesidad se hace puta, y acude a citas con hombres mayores en hoteles. No le mueve el dinero ni el deseo, aunque confiesa que si bien en el momento no siente nada especial, cuando piensa en ello después, le gusta recordarlo. Lo que está claro es que las relaciones con chicos de su edad no le provocan entusiasmo, los considera inferiores. Es en lo oculto y prohibido socialmentemente donde encuentra algo, ¿qué? A veces la tratan bien, otras como a una prostituta a la que se le exige, pero nunca tiene maltratos.
Ozon muestra un mundo que es demasiado aséptico. Te preguntas si ha querido imitar "Belle de jour", pero allí Catherine Deneuve tenía un mayor conocimiento carnal de lo que hacía, o si es una precuela de "Nimphomaniac", de Lars Von Trier. En cualquier caso, te deja pensando, aunque tenga menos categoría cinematográfica que su anterior película, "El chico de la última fila".