Lo que opina Ana:
Hacer
una comedia redonda es de las cosas más difíciles que pueda plantearse un director, en esta
ocasión hay un intento que a veces se aproxima, pero sin conseguir coronar la
obra ya que los instrumentos desafinan.
Hay
momentos hilarantes, como los de las llamadas a la casa del secuestrado para
intentar ponerse en comunicación con su mujer y pedir el rescate, pero hay
otros en que se patina y se nota en que los actores no saben ni qué cara poner
para decir su diálogo, algo que le ocurre en varios momentos a Clara Lago. La
aparición del futbolista Iniesta en el campo viendo crecer el césped, no entra
ni con calzador.
A
pesar de esos patinazos, espero que Santi Amodeo persevere en su intento, ya
que ha demostrado tener madera para la comedia.
Emilio: una comedia, una buena comedia, es un compendio de precisión, equilibrio y sabiduría. Seguramente es más difícil ajustar todas las piezas de una comedia que las de un drama o una tragedia. Además el guión tiene que ser casi una obra literaria. Pues bien, aparte de lo estrambótico del nombre, esta película, que comienza con desenvoltura, intriga y buenas sensaciones, enseguida entra en el grupo de comedia de mamporros.
No llegó ni de lejos a la conclusión filosófico-política de Jordi Costa cuando afirma que "dibuja un mundo donde todos estamos condenados a ser el payaso de las bofetadas". Esas bofetadas son simplemente el recurso que le permite al director concluir una toma y pasar a otras historias; un recurso pobretón. Los personajes se van a su bola muy pronto, incluso algunos no entran en juego, aunque uno de ellos sea el mismísimo Iniesta. Seguramente lo mejor sea el abogado del peyote.