
Me pareció una película del neorrealismo italiano, pero en color. Nuri Bilge Cylan, nos dice la hoja informativa de Golem, firmada por "Artyco", fue fotógrafo antes que cineasta y se nota. Cada toma tiene un encuadre meditado, una tonalidad, unas luces. Tanto en espacios abiertos (la terraza de la casa frente al mar, el acantilado de la despedida), como cerrados (las habitaciones de la pequeña casa) hay un cuidado primoroso en lo que se filma. Otra característica es que, pese a la violencia que contiene la historia, casi no hay imágenes físicas de ella: se plantea un hecho relevante y es el espectador quien se tiene que imaginar la escena concreta (el comienzo con ese coche hundiéndose en la oscuridad de una vegetación noctura, dejándolo solo, a la espera del accidente, sin verlo).
Puede que al final el director quiera dar a entender que el perdón es el precio que hay que pagar por la supervivencia, y que la sumisión y la humillación también forman parte de ese contrato.
Recibió en Cannes el premio al mejor director en 2008, el mismo año que "La Clase" ganó el de mejor película. La diferencia entre los dos estrenos ha sido de nueve meses, y menos mal que la hemos podido ver.