
Lo que opina Ana:
Una historia familiar que no coge el tono, llena de tópicos sobre las relaciones padres-hijos; no logra su pretendido tono de comedia y acaba siendo un tanto esperpéntica.¿Habrá algún taxista que pueda verse reflejado en este compulsivo fumador que representa el padre? si fuera así, caerían por tierra todos los tópicos y habría que despedirse del cliché creado por Almodóvar, mil veces más creíble. Esa madre anclada mentalmente en los 25, universitaria progre en la menopausia, al tiempo que ama de casa eficiente de un hogar burgués a la francesa y todo saliendo del sueldo del taxista, ¡me maravillo!
No hay profundidad en la composición de los personajes, aparecen desdibujados,inconsistentes; la única historia que me gustó es la del hijo segundo y su abuelo, unidos por su afición al vino, compartiendo cada sábado su buena nariz para interpretar todos los aromas que pueden esconderse en una botella.