Podríamos llamarlo western crepuscular, o western trascendente. Todo gira en torno a la figura de Lucky, Harry Dean Stanton, un viejo vaquero que vive solo en medio de cactus. Todos los personajes de este villorrio de frontera, entre ellos David Lynch, donde se muestra la mezcla en armonía lo mexicano y lo yankee, justo lo que Trump se quiere cargar, tienen su historia y tarde o temprano te la cuentan. Es una película de despedida, la del propio Harry Dean Stanton, que murió poco después de interpretarla, pero al mismo tiempo es un canto a la amistad y a la independencia, de espíritu y de vida. Una película pequeña en su día a día, pero grande por su sensibilidad y equilibrio. Lucky, un cactus gigante y un galápago aparecen en la última secuencia y los tres tienen el mismo significado: resistencia, soledad y libertad.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Emocionante homenaje al gran actor
Harry Dean Stanton, al parecer la película tiene mucho de biográfica. Con un
ritmo marcado por el inexorable paso del
tiempo, vivimos cada minuto de una vida que se apaga, anclada en la rutina diaria,
todo está pautado, ésa es la manera que tiene este viejo solitario de luchar
contra el miedo a lo desconocido, a una muerte que se ve cada vez más cercana.
Poética, conmovedora, de las que te hacen llorar despacito, para no interrumpir
con sollozos algo tan triste y tan humano. La escena en la que se arranca a
cantar en la fiesta mejicana es
antológica. La muerte se lo llevó al poco de acabar el rodaje.