domingo, 3 de septiembre de 2017

Sieranevada de Christi Puiu

Lo que opina Ana:
Prodigiosos encuadres de cámara para meternos en el interior de una vivienda que por momentos se asemeja al camarote de los hermanos Marx. Es una película muy difícil de realizar, prácticamente rodada en un minúsculo interior superpoblado, con diálogos incesantes durante tres horas. Cristi Puiu lo consigue, nos mantiene atentos al respirar de esa familia rumana que recuerda y conmemora a quien fue marido, cuñado, padre o tío de los que por allí  desfilan. Hay que verla en versión original, pero en este caso resulta a veces difícil seguir todos los pormenores y pensamientos de cada uno de los protagonistas, a veces te pierdes entre sus cuitas. Mezcla sentimientos personales con una descripción crítica de la Rumanía actual, combina humor  y acritud, te deja un sabor amargo. Yo le comentaba a Emilio que siempre salgo de las películas rumanas con la sensación de que Rumanía no es un buen lugar para vivir.
Emilio. Fue la última película que vimos antes de irnos de vacaciones. Estaba recién estrenada casi, y ahora, ya en septiembre, está colocada la segunda en la calificación de los críticos. Hace días se la ponía de ejemplo de cómo incluir asuntos de actualidad (el atentado contra Charlie Hebdo en París a comienzos de 2015) dentro del guión de una película. Da la sensación de ser un plano secuencia, aunque no lo es, porque la acción se desarrolla en el tiempo real que dura la ceremonia, un acto religioso en recuerdo del padre fallecido, celebrado en la casa familiar, al que acuden, además del pope y su séquito, familiares y conocidos. En ese ambiente bastante angosto entran y salen de las habitaciones los personajes, con sus historias antiguas y de ese momento, en un ir y venir continuo, en el que la cámara de Puiu se maneja de forma increíble. ¿Qué quiere trasmitir el director? No lo sé, sí sé que que es una película difícil y que está hecha con maestría, pese a sus 173 minutos de duración.