sábado, 30 de septiembre de 2017

Barry Seal: el traficante. Dir. Doug Liman

Bien considerada por los críticos. Si no fuera porque te dicen al principio que está basada en hechos reales, no te lo creerías. La historia de este personaje es todo menos creíble. De piloto de avión a espía y traficante, sirviendo al F.B.I. y a los narcotraficantes. De tanto dinero como ganaba lo tenía que esconder debajo de la hierba del jardín de su casa. Como el negocio prosperaba tuvo su propia flotilla de pilotos, y todo esto sin que la C.I.A. lo supiera detectar hasta muy tarde. Un tipo tan atrevido no podía acabar bien; esto en la película el propio protagonista, Tom Cruise, lo asume con naturalidad.
La estética de la película opta por un tono desenfadado y una presentación pop, música incluida. La CIA, la DEA y el gobierno americano no quedan muy bien parados.
Lo que opina Ana:
En este caso se cumple el dicho que afirma que la realidad supera a la ficción; el personaje de Barry Seal parece sacado de la imaginación de un guionista, o de la mente de un escritor  de novelas  de suspense, pero es un personaje real, eso es lo que da más fuerza a la película. Rodada a modo de documental  para recrear la forja de un personaje sin escrúpulos, un hombre movido por la avidez  y que acabará siendo manejado como una marioneta, sin posibilidad de escapar a su destino. De fondo, los sucios manejos del gobierno estadounidense, las conexiones entre el tráfico de armas, el tráfico de drogas, el movimiento sandinista, la contra… un sinfín de negocios sucios, de política sucia. ¡Qué miedo dan los que están en posición de cortar el bacalao!