La película debería llamarse "Estados unidos de la desgracia". El director quería retratar la represión implícita que conlleva un sistema comunista (él detesta este sistema), incluso cuando ya ha sido derrocado. Por eso sitúa la acción en Polonia, en 1990. Pero le ha salido otra cosa, más interesante creo yo, que es la desgracia que conlleva los anhelos y deseos no realizados. Es verdad que los bloques de hormigón de extrarradio donde viven varios protagonistas son típicos de las ciudades comunistas, aunque podríamos encontrarlos en muchas ciudades no comunistas también. Lo que hace a esta película crecer es cómo el director narra este cruce de historias, cómo uniformiza ese ambiente desolado, donde hasta los momentos de festejo son tristes. La fotografía, sin brillo, sin luz, todo tonos desvaídos, acentúa la desesperanza. Sales del cine tocado, pero según pasa el tiempo te vas dando cuenta de lo bien que ha sabido Wasilewski contar estas vidas imposibles (sea un país postcomunista o no ).
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Fría, triste, cuatro mujeres, cuatro
historias de amor enfermizo, de amores imposibles, de paranoia. El director
relata, componiendo cada plano como una composición pictórica, juega con los
colores, los vuelve fríos, como su relato. Utiliza planos psicológicos para
transmitir la tristeza, una tristeza anidada tan honda que no permite la
esperanza. No es apta para todos los públicos, las dos mujeres que estaban sentadas
a mi lado, al acabar se fueron de la sala echando pestes, les pareció un quiero
y no puedo, un fiasco. Para nada lo es, tiene un buen lenguaje cinematográfico,
un buen guión y excelentes interpretaciones.