sábado, 22 de julio de 2017

Baby driver. Dir. Edgar Wright

Comparar esta película a "Drive" es un disparate. Aquella es un peliculón y esta es un entretenimiento. La historia, los protagonistas, la forma de contarla, todo es diferente. El que la música sea en las dos una pieza clave (aquí como referencia de la personalidad del protagonista), y que los coches sean la herramienta de trabajo (delictivo), no significa que estemos hablando del mismo nivel de calidad. En esta película todo está sobreactuado. La otra era más sórdida, más real. Esta va de lo tontorrón al desenfreno de balazos. Los flashback son como pinceladas naïf, y algunas historias son insostenibles (la del negro y el chico). Y para colmo, políticamente correcta. No comparen por favor.