domingo, 24 de mayo de 2015

Mad Max: furia en la carretera

Carlos Boyero la vio en Cannes al tiempo que se estrenaba en España y título la crónica "Más de lo mismo", pero en Metrópolis le daban cinco estrellas y empezó a encabezar la lista de las mejor valoradas. Había que comprobar esas diferencias.
Tiene una estética definida entre el feísmo retro y la desolación postapocalíptica. Personajes sin mucha historia y mucha acción. Batallas de motores, en todo tipo de vehículos. Es una elegía al motor de explosión.
Le falta un poco de fondo filosófico, aunque hay frases sentenciosas que se refieren a un mundo en fase terminal, gobernado por clanes o tribus. Vuelta al paleolítico.
No me aburrí pero porque me gusta ver lo que se puede hacer en el cine, lo que un director tozudo lucha por presentar su mundo particular.