Me gusta su mirada poética y
antropológica a la isla de Amami, su capacidad para transmitir la fuerza del
mar, la íntima relación entre habitantes y naturaleza, en eso me recordaba a la
maravillosa “Ponyo en el acantilado”, aunque sin llegar a tener la fuerza del
gran Miyazaki. No me gusta la elección
de algunos de los protagonistas, especialmente la del chico, siempre con la
misma cara, incapaz de transmitir ningún matiz.
Emilio: tal vez haga falta una sensibilidad especial para meterte de lleno en esta película. Dos jóvenes, chica y chico, inician una relación en la isla de Amami, donde el mar, el viento y la naturaleza exuberante son un personaje más. Ambos tienen sus historias familiares detrás; ella, una madre muy enferma, chamán; y él, la separación conyugal de sus padres. A mi me parece que la presencia de ambos y de sus entornos está descompensada, que es más interesante y más fuerte la de la chica. Su personalidad y la de su madre son los más interesante de la película, y el tratamiento que se hace de la muerte como un tránsito de paz.
De todas formas, me gustó más el cartel del anuncio con los dos protagonistas enlazados formando un corazón en las aguas azules del océano, que casi la propia película.