domingo, 31 de mayo de 2015

Nuestro último verano en Escocia. Directores: Andy Hamilton, Guy Jenkin

Película de sobremesa televisiva (Diego Salgado), un poco incorrecta, pero circunscrita a los niños y los mayores, que pueden decir lo que quieran porque nadie les haces caso. El cine estaba lleno. Es una película de fin de semana. Tiene todo lo necesario para mezclar ingredientes que no hagan mala digestión. Se trata de limar aristas y presentar los asuntos serios, como la muerte, un tanto edulcorados (el moribundo tiene un color resplandeciente y saludable). Tendrá éxito, aunque yo no fui capaz de ver las virtudes.
Lo que opina Ana:
Comedia familiar llena de buenas intenciones, de sobremesa televisiva, pero sin altura para la gran pantalla. Se ve con facilidad  y se olvida igual de bien.

miércoles, 27 de mayo de 2015

domingo, 24 de mayo de 2015

A esmorga de Ignacio Vilar

Lo que opina Ana:
La película no se despega ni por un momento de la novela  que representa y hace que el espectador compare y piense que nunca debiera haber salido del papel impreso. No dudo que esta dura novela de Blanco Amor pueda disfrutarse literariamente. Traspasada al cine resulta larga, pesada, yo lo único que deseaba era que llegaran los títulos de crédito para salir de aquella terrible Galicia rural,afortunadamente ya muy lejana.

Sí tengo que reconocer que se han recreado los ambientes magistralmente, la atmósfera  podrida de aquellos tiempos del franquismo apesta. El gallego suena bien, aunque en boca de Karra Elejalde, pierde su sonoridad.

Girlhood de Céline Sciamma

Lo que opina Ana:
Excelente presentación de la banlieu parisina a través de un grupo de chicas rebeldes que se niegan a aceptar su destino de siervas incultas y que encuentran en los movimientos pandilleros femeninos la fuerza necesaria para huir de su nefasto destino. Es dura, aunque deja un final abierto. Está filmada con una mirada de mujer, de mujer combativa que consigue momentos de gran belleza y que perfila a su protagonista  como una adolescente fuerte y decidida. Tiene fuerza narrativa. Es inexplicable que haya durado tan poco en cartelera, recuerdo que Tomboy, su anterior película, estuvo meses en los Golem. Te queda claro que Francia tiene un gran problema sin resolver con esos guetos que ha creado de marginación  en los anillos que rodean sus grandes ciudades, hay otro París, muy alejado del de las grandes avenidas y los muelles del Sena, con otro color, habitado por estas venus de ébano abocadas a un mundo sin esperanza.

Hipócrates de Thomas Lilti

Lo que opina Ana:
Con esta película  vemos como la sanidad  francesa sufre los mismos males que la nuestra, recortes y búsqueda de rentabilidad, con hospitales dirigidos por gestores que poco saben de medicina, que igual podrían llevar una fábrica de imperdibles que un gran hospital y evidentemente no puede ser así. Se centra en la realidad de los MIR, lo que más me chocó fue ver la parte del hospital donde están los residentes, con sus espacios decorados como si fueran las letrinas de un cuartel, lo comentaba con Lía al salir y a ella le parecía normal, a fin de cuentas se trata de jóvenes recién salidos de la facultad. A mí me cuesta creer que “caca, culo, pedo, pis” , es decir los dibujos de penes sigan constituyendo la iconografía de los médicos residentes.

En el fondo del planteamiento está la denuncia a los recortes y la defensa del principio hipocrático, entre medias tensiones clasistas y racistas.

Corn Island, de Geoge Ovashvili

Mencionan tanto en El País (la comparan a la potencia poética de "Dersu Uzala", creo que exagera Jordi Costa)
como en Metrópolis (cuatro estrellas) a Robert Flaherty por que tiene este relato de antropológico. Podría ser una historia paralela a la de "Mandarinas", mismo escenario, misma voluntad de sobrevivir, mismo peligro de soldados de uno y otro lado. Abjasia, Georgia y Rusia. Hay una sensación de intranquilidad durante toda la película. Por la debilidad de los personajes, un abuelo y su nieta, por la presencia de la chica, siempre más expuesta a cualquier cosa, y luego por la geografía, una isla de un río, fácilmente abordable. Y la naturaleza que, además, amenaza la voluntad de labrar un campo de cultivo fértil y provisor. Desasosegante relato pese a su simplicidad. El director con su cámara observadora y acechante acentúa esa sensación y el piar agudo del pájaro en el bosque completa el augurio.
Lo que opina Ana:
Poética película de carácter etnográfico, acompañada por una bella fotografía que ensalza la naturaleza fluvial  de esta región del Caúcaso. Asistimos  al ciclo de la vida en unas tierras nacidas con la sedimentación fluvial y aprovechadas por el hombre para sus cosechas. Un anciano agricultor, acompañado por su nieta, colonizará una pequeña isla para plantar maíz, veremos pasar los días y florecer  la vida, incluyendo a la nieta que madurará en la isla, abandonando la muñeca, metáfora de la niñez, con la que llegó en la barca. Casi sin palabras, se contará una historia en la que entra también la descripción de los conflictos políticos en la zona. Hay que dejarse llevar por su ritmo, sus miradas y disfrutar.

Mad Max: furia en la carretera

Carlos Boyero la vio en Cannes al tiempo que se estrenaba en España y título la crónica "Más de lo mismo", pero en Metrópolis le daban cinco estrellas y empezó a encabezar la lista de las mejor valoradas. Había que comprobar esas diferencias.
Tiene una estética definida entre el feísmo retro y la desolación postapocalíptica. Personajes sin mucha historia y mucha acción. Batallas de motores, en todo tipo de vehículos. Es una elegía al motor de explosión.
Le falta un poco de fondo filosófico, aunque hay frases sentenciosas que se refieren a un mundo en fase terminal, gobernado por clanes o tribus. Vuelta al paleolítico.
No me aburrí pero porque me gusta ver lo que se puede hacer en el cine, lo que un director tozudo lucha por presentar su mundo particular.

La profesora de Historia, de Marie-Castille Mention-Schaar

La presencia de las aulas en el cine francés es toda una declaración de principios. Ya lo he contado más veces, hay muchas películas que nacen, pasan y recogen personajes de los liceos franceses. Relaciones, experiencias, conflictos son tratados en ese espacio.
Esta película, cuyo título original es "Les héritier" narra algo difícil de creer, pero parece que real. La transformación de unos adolescentes difíciles, desmotivados y abocados al fracaso escolar (es la "banlieue" parisina, la misma que la de la película Girlhood, muy distinta a esta, con la misma gente o casi) gracias a que una profesora creyó en ellos, más que ellos mismos, y los embarcó en un proyecto colectivo, didáctico y personal: relatar y hacer presenta la vida de los niños y adolescentes en los campos de concentración nazi. Tiene situaciones forzadas y le gustan los contrastes excesivos, pero por encima de todo está el compromiso de los alumnos. El relato del juramento hecho por los supervivientes de contar lo vivido para que no se olvide es el legado perdurable que debe quedar. Merece la pena verla.
Lo que opina Ana:
La película cuenta una historia real, la de una clase del liceo Léon Blum de Créteil, un grupo multiétnico, sin cohesión, sin ningún tipo de interés académico, aparentemente abocado al fracaso. Les toca como tutora su profesora de Historia, una mujer que se declara desde el primer día amante de su profesión y que de manera casi mágica, conseguirá sacar a esos chicos del camino sin futuro al que parecían abocados. La redención vendrá a través de su participación en un concurso nacional sobre la vida de los niños y adolescentes en los campos de concentración nazis.

Recalco la palabra magia, porque la pega que le pongo a la película es que presenta el proceso sin gran tensión dramática, los chicos pasan de ser unos “malotes” a convertirse en personas ejemplares a golpe de varita mágica. Lo mejor, la presencia de la memoria a través de uno de los supervivientes de los campos, su participación en la película la engrandece.

domingo, 17 de mayo de 2015

La canción del mar, de Tomm Moore

Ya sólo la dan a la primera sesión, a la semana que viene tal vez haya desaparecido. Así me ha pasado con el documental sobre Fellini, de Ettore Scola, que me  he perdido.
Me atrajo el gratísimo recuerdo de "El secreto del libro de Kells", la anterior película que vimos de este director. En este caso abandona los territorios del interior para irse al mar, pero siempre en Irlanda, fuente inagotable de leyendas. La historia es simplona, pero la magia de los dibujos continúa.
Lo que opina Ana:
Lo que cuenta de esta hermosa película animada es la calidad de sus dibujos, la belleza de sus imágenes, la recreación de esos mundos fantásticos que nos presenta, la historia es más floja, no llega a la altura  de sus planos pictóricos.

Mandarinas, de Zaza Urushadze

A Lía le había gustado bastante y me recomendó ir a verla. Está bien porque lo que cuenta lo hace de forma sencilla, aunque el final con esa explosión de violencia general desconcierta un poco. Estamos en una de las guerras del Cáucaso, la que enfrenta a georgianos, apoyados por los rusos, contra los separatistas de Abjasia (los chechenos), en 1992-1993. Un estonio, tan lejos de su país, tiene casa allí y junto con otro compatriota que se dedica a recoger mandarinas, trata de extender un poco de cordura. Es un defensor de la paz donde todo el mundo se mata a tiros. La figura de este hombre se hace respetar y él es el que lleva la película a sus espaldas, y lo hace bien, sino no se mantendría en pie, con un entramado tan poco dado a matices.
Lo que opina Ana:
Conmovedora historia de un mundo en guerra, gira en torno a dos entrañables ancianos que pretenden seguir su vida sin inmiscuirse en unos conflictos que tienen cada vez más cerca. Es un canto a la hermandad, al amor a la tierra, representada por un campo de mandarinas y un taller de carpintero, las pequeñas cosas que construyen una vida rural en paz, algo que se resisten a perder, pero que está perdido. Nos acerca al conflicto georgiano, el mismo escenario con diferente poética que aparece representado en Corn Island, no se analiza la guerra, se narra su locura, la devastación de una guerra fratricida y racista.

La casa del tejado rojo, de Yôji Yamada

Un veterano director realiza una película sobre el recuerdo y la nostalgia, y a veces el remordimiento que provocan los sucesos pasados.
Desde el punto de vista cinematográfico es una película clásica, cuenta la historia de una chica de aldea que va a trabajar a una casa burguesa de Tokio como criada en la década de los treinta, y allí vera cómo se acerca poco a poco la guerra, aunque sólo el al final cuando sus consecuencias se hacen más presentes (pérdida de bienestar y de poder económico), al tiempo que se ensalza el patriotismo nipón. En este marco se desarrolla un amor imposible, aunque intenso, que es en definitiva lo más destacado de la historia. No sales defraudado, tampoco maravillado.

Güeros, de Alonso Ruizpalacios

Película de festivales (y con premios), difícil de oír, por el acento mexicano y por el propio modo de rodar y grabar, como rudimentario a posta. Es para cinéfilos. Al acabar la película una señora aplaudió y dijo -¡Viva México!-, a lo que respondió otra señora -¡Qué película más fea!-, y la primera respondió -Así es México-. No sé si será así, no creo que así cien por cien. Cuenta la historia de tres chicos, estudiantes dos de ellos y hermano de uno de ellos el otro, que recorren la ciudad de México en un día mientras se desarrolla la huelga de estudiantes de 1999 que paralizó la  actividad lectiva durante un año. El viaje, dicen los críticos que más interior que externo, es a la búsqueda de un músico de nombre imposible y de recuerdo borroso, que según cuentan hizo llorar al mismísimo Bob Dylan, Epigmenio Cruz. Rodada en blanco y negro, tiene, además del posible trasfondo de buscar un sentido a una vida un tanto hueca (güero significa eso, y rubio también), un definido propósito estilístico (Ana menciona a Buñuel, yo no lo veo).
Lo que opina Ana:
Una road movie singular, con un español difícil de seguir a veces. La historia es anecdótica, lo que cuenta son las imágenes, con unos planos pictóricos en blanco y negro que juegan con muy distintas focales para encuadrar los espacios más íntimos, cerrados , más cerca del ojo y los de contemplación, abiertos hacia un espacio a veces muy lejano. El director nos pasea por la ciudad de México, mostrándonos caras muy distintas, vamos del norte al sur y del este al oeste, conociendo espacios y personas pertenecientes a ambientes sociales muy diferentes. Consigue momentos de gran fuerza narrativa, independientemente de que la historia sea a veces surrealista. Este viaje se enmarca en un período concreto, el de la huelga de estudiantes universitarios de 1999, uno de los espacios por los que nos pasearán nuestros guías.

domingo, 10 de mayo de 2015

Citizenfour, directora Laura Poitras

El que haya recibido el Oscar 2015 al mejor documental es un ejercicio de crítica muy saludable, porque Citizenfour sirve sobre todo para decirnos que todos nuestros pasos están vigilados y que las leyes no sirven para protegernos, y que Obama es igual a los otros presidentes de los EE. UU, aunque tengan la catadura del último Bush.
El documental se centra en el personaje de Snowden, es el que nos desvela el entramado de servicios de inteligencia que con poderosos medios informáticos pueden tratar nuestros datos para saber lo que les interese. No es fácil verla porque hay mucha declaración, mucho texto, pero está bien realizada, precisamente esto es lo que han destacado los críticos, que acaba convirtiéndose en un thriller. Y parece que al final nos anuncian revelaciones todavía más fuertes. Merece la pena hacer un esfuerzo.

La sombra del actor de Barry Levinson

Lo que opina Ana:
Aburrida, recurrente, llena de tópicos, totalmente prescindible, ni la interpretación de Al Pacino que Carlos Boyero había ensalzado  en su crítica consigue hacerle levantar el vuelo.

Emilio: La crítica de Carlos Boyero animaba a verla, sobre todo por la actuación estelar y omnipresente de Al Pacino. Pues a mi me sucedió lo contrario, es su actuación, su papel, su presencia lo que se hace cada vez más cargante. Han comparado la película con "Birdman" por aquello de la crisis de un actor, pero, aunque en eso pueda tener un nexo de unión, la realización, la composición y el entramado no tienen nada que ver. Aquí Al Pacino parece un vejestorio total, saliendo con una joven de 30, que además ha dejado temporalmente de ser lesbiana por él. En fin, no veía el momento de verme fuera.

Aguas tranquilas de Naomí Kawase

Lo que opina Ana:
Me gusta su mirada poética y antropológica a la isla de Amami, su capacidad para transmitir la fuerza del mar, la íntima relación entre habitantes y naturaleza, en eso me recordaba a la maravillosa “Ponyo en el acantilado”, aunque sin llegar a tener la fuerza del gran  Miyazaki. No me gusta la elección de algunos de los protagonistas, especialmente la del chico, siempre con la misma cara, incapaz de transmitir ningún matiz.
Emilio: tal vez haga falta una sensibilidad especial para meterte de lleno en esta película. Dos jóvenes, chica y chico, inician una relación en la isla de Amami, donde el mar, el viento y la naturaleza exuberante son un personaje más. Ambos tienen sus historias familiares detrás; ella, una madre muy enferma, chamán; y él, la separación conyugal de sus padres. A mi me parece que la presencia de ambos y de sus entornos está descompensada, que es más interesante y más fuerte la de la chica. Su personalidad y la de su madre son los más interesante de la película, y el tratamiento que se hace de la muerte como un tránsito de paz. 
De todas formas, me gustó más el cartel del anuncio con los dos protagonistas enlazados formando un corazón en las aguas azules del océano, que casi la propia película.