Película "buenista", fácil de ver, de esas que levantan aplausos (y así fue). Está bien verla (y que la vean) porque muestra dos luchas paralelas que se juntan, pese a que su ensamblaje no es fácil: el de los mineros galeses en la década de los ochenta, la de la mano de hierro tatcheriana contra los sindicatos, y , sobre todo, la de los homosexuales y lesbianas. Hay que tener las cosas muy claras para que un grupo de gays se meta de lleno en la lucha de clases a favor de los mineros, recaudando dinero para mantener la huelga y haciendo campañas a favor. Hay veces que las escenas de esa convivencia están un poco forzadas, y que para no abandonar el toque de comedia se suavizan conflictos y dramas. Que sea por el bien de la causa.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Dulce aunque no almibarada se presenta
esta narración de lo que fue una batalla codo con codo entre los mineros en lucha
y la comunidad de gays y lesbianas londindenses en la feroz huelga minera de la
época Thatcher. Se ve con gusto, como una comedia ligera con intenciones
reivindicativas, que cuenta una historia real que merece no ser olvidada.