viernes, 17 de enero de 2014

La jaula de oro. Dir. Diego Quemada-Díez

La vimos pocos días antes de que la quitaran de la cartelera. Tuvimos que volver porque nos equivocamos de sala y nos perdimos los 10 minutos de inicio. En los Golem nos dejaron completarlos.
Al principio la película me recuerda a una de las sorpresas del año pasado, la paraguaya "7 cajas". Cámara en hombro, vamos siguiendo, sin palabras, el deambular nervioso de un chico por las calles miserables de la Zona 3 de Guatemala. Sin decir nada, sin explicarnos nada, solo con las imágenes, vemos que se reúnen dos chicos y una chica y se ponen en marcha. En el límite entre Guatemala y México hacen un alto. La ruta de cientos de personas que pretenden llegar a los EE.UU les espera.
En esta primera parte la trayectoria te parece un tanto indecisa y divagatoria, da la sensación de ser una excursión juvenil más que que un viaje de supervivencia y muerte. Cuando empiezan a sufrir detenciones, robos y extorsiones es cuando te metes en la historia. 
El director, nacido en Burgos, ha hecho una gran labor de investigación, recogiendo testimonios. El tren es la principal vía de transporte, en torno a sus vías ocurren las esperanzas y las tragedias. Igual que en la película "Sin nombre", los techos de los trenes son el único vagón de estos "migrantes". Allí eran las maras, aquí los desalmados organizados en grupos los que persiguen y secuestran y violentan a estas pobres gentes. ¿Para qué el viaje? Cuando el superviviente llega a su destino soñado mira la luz de una farola bajo la nieve. ¿Era eso lo que soñaba antes de partir?
Película utilizable para ver en las clases con los alumnos la pobreza y sus dramas.