Lo que opina Ana:
Los críticos la han ensalzado
muchísimo, pero a mí me ha parecido un quiero y no puedo. Cavestany enlaza corto tras corto queriendo darles una
unidad de la que carecen y jugando con el absurdo sin ser Buñuel. Individualmente
hay cortos interesantes, el de los ladrones hacendosos, el de la operación de
aumento de pecho, el de la bufanda olvidada en un café…tampoco todos lo son, el
de los mozos de la mudanza, el de la oficinista encerrada , o el de la mujer
que quiere montar un restaurante, lo peor es que el conjunto no consigue
engranarse.
Emilio:
La película la forman una serie continuada de historias, casi sketches, que aparentemente no tienen ninguna conexión y le dejan al espectador la tarea de buscar su engranaje, si es que cree que lo hay.
Entre tanta variedad hay una forma de mirar común, la del director, que se instala en el sarcasmo de raíz pesimista y negruzca. En ninguna exagera las tintas, aunque en varias te quedas con la sonrisa a medias. Puede que tenga un fondo surrealista que le une a Buñuel, pero no es tan drástico como el aragonés.
Actúa todo el elenco de actores español, desde consagrados, como Maribel Verdú, a otros menos frecuentes en la pantalla grande, como Eva LLorach.
El único discurso lo da un personaje en un taxi (¿Monedero?), y tal vez este sea el soporte teórico que quiere el director que se nos quede, donde salen los zombis y su actualidad y los conceptos de humanismo y hominización.
Jordi Costa escribe (El País, 20 de diciembre) que quizá sea la película española más relevante del año. No he hecho memoria, pero exagera. A Ana no le gustó demasiado.