La
crítica no ha hecho más que disparar salvas para celebrar la llegada de una
gran película, todo son parabienes y bajo ese mantra vamos nosotros al cine. Yo
discrepo en cuanto a la calidad de la película, está bien, pero no es nada
excepcional.
Para
mí tiene dos defectos importantes, es demasiado larga y le sobran escenas de
sexo explícito que no aportan nada a la historia. Me conmueve más lo que puedan
decir sus miradas o sus bocas, expresando un deseo que no necesito visualizar.
Las
dos actrices están soberbias, aguantan los muchísimos planos psicológicos a los
que les obliga la cámara, persiguiéndolas con primerísimos planos para desnudarles
también sus almas.
Al
llegar los títulos de crédito, se nos resume la película como la vida de Adéle
capítulos 1 y 2, lo que hace presuponer que la intención del director es seguir
contándonos su historia, difícil parece de
creer sabiendo que ha acabado a la gresca con sus actrices.
Pues
hablando de capítulos, sin duda el primero, el que nos habla de la Adèle
escolar, la chica que se busca y no se encuentra es el que me parece que tiene
más garra, el segundo entra de lleno en la relación amorosa de las dos chicas y
en su desamor, esta parte se hace más pesada, repetitiva, no sabes ya cómo
poner las piernas y empiezas a desear
que le dé la puntilla de una vez a la historia.
Emilio:
La polémica entre el director y las actrices (sobre todo Léa Seydoux) van a alterar la imagen de esta película (y seguramente favorezca su taquilla).
En líneas generales es fácil caracterizarla: es una historia de amor pasional y epidérmica. A partir de ahí, los detalles: entre dos mujeres, una que cumple 18 años en la película, insegura de su sexualidad, sensual y atractiva; y otra, lesbiana sin incertidumbres sobre su elección. A esto añadimos las diferencias culturales y de clase y se conforma una historia que decían duraba ocho años, aunque da la impresión de ser mucho más corta. El director ha escogido un ritmo literario (por eso las referencias a los grandes novelones de los amores cortesanos del Antiguo Régimen francés) y va presentando el transcurso de los sucesos como si fueran episodios, a cada uno le concede su tiempo: el encuentro; el romance y la pasión y el desenlace. En los dos primeros no ahorra las escenas sexuales, que podrían haberse sobreentendido, igual que lo hace en otros romances de Adèle, pero prefiere hacerlos explícitos. Es lo más polémico de la película.
Me gustan las dos actrices, se meten en el papel hasta dejar sangre ,sudor y lágrimas en él. Pero creo que se alarga demasiado, no porque lo necesite la historia principal, sino porque el director quiere que sintamos la importancia de los detalles para llegar a los momentos culminantes.
Interesante la propensión que tiene el cine francés de situar sus historias en el ámbito educativo. Aquí la vida de Adèle comienza en un instituto y parte transcurre en una escuela. Clases modélicas. La enseñanza y el ser. Igual que en España.