domingo, 9 de diciembre de 2012

Una pistola en cada mano. Dir. Cesc Gay

No sé si le gustaría a Almodóvar, que estaba viendo la película como nosotros. A mi me pareció que entra enseguida en el meollo de los asuntos, que no hay preámbulos, que está muy centrada en no perder el tiempo, directos al núcleo de la historia: relaciones de pareja entre personas que han cumplido los cuarenta y en todas destacando la estupidez del género masculino.
Los diferentes relatos están, unos más redondos que otros, bien armados de guión, aunque en ocasiones, bastantes, crees que al presentar historias cliché se va a ir a lo manido, gracioso y facilón. Los actores, todos de primera línea, mantienen a sus personajes con bastante solvencia, aunque también hay opiniones distintas sobre quién toma mejor al tipo que le toca representar.
Me pareció a mi que esta comedia un poco amarga, pero no mucho, está un poco fuera de época. Esa burguesía urbana, profesionales liberales, que se enreda en sus asuntos amorosos, es más de los años ochenta y noventa; ahora, en el comienzo de la segunda década de 2000, me suena hasta un poco blasfema, ajena a la crisis rotunda y total de un sistema económico y político que está convirtiendo el vivir en un asunto de supervivencia dura y pura.
Lo que opina Ana:
Emilio creía que íbamos a ver la típica comedia española de parejas, lo que le asustaba un poco. Yo iba con menos prejuicios y creo que acerté, realmente no era un cliché de ese tipo de comedias, aunque tampoco se trate de una gran obra. El director pretende presentar la fragilidad de los hombres cuarentones que no saben muy bien hacia dónde van, la crisis de los 40 vista como la de los perdedores, la de unos hombres que ya no dominan las situaciones, que no saben cómo comportarse ante unas mujeres previsiblemente más maduras y seguras.
Lo mejor de la película, el desfile de grandes actores que se reparten el metraje sin competir por un protagonismo exclusivo, cada uno tiene su momento estelar y le saca partido.