Ambientada en un lugar indeterminado, un país árabe en guerra, Siria posiblemente, toda la trama se desarrolla en un piso, donde una familia y algunos allegados, vecinos y amigos, se refugian de los combates, las bombas y los francotiradores como si estuvieran en un fortín, aislados.
La película enseguida alcanza un punto dramático muy alto, que después condiciona todo el desarrollo posterior, y, pese a que le seguirán escenas de una tensión tremenda, se pierde un poco en asuntos secundarios que le restan fuerza y verosimilitud, las hijas, la mayor, por ejemplo, y ese novio que está allí como por ensalmo, incluso algún comportamiento de la vecina cooprotagonista con ese chico. En fin, flecos innecesarios.
No llega ni mucho menos a la maestría de "SieraNevada", de Cristi Puiu, también rodada en el interior de una casa. Sí hay que reconocer la valentía del director al plantearnos la conducta moral un tanto dudosa de la protagonista que encarna la actriz Hiam Abbass.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
La guerra retratada desde el interior,
en la que el hogar parece ser el último y
único refugio, una cárcel personal que no está exenta de peligros. La guerra
transcurre detrás de las ventanas y acecha a la puerta, en el interior de lo
que fue una acomodada morada ya nada es
seguro, el agua escasea, los roles se desmoronan y el alma mater sólo es capaz
de pensar en la seguridad de los suyos, como una loba, una loba acorralada. Un
país árabe destrozado, podría ser Siria, no se dan pistas ni contexto, pero
esos seres aterrorizados a los que seguimos pretenden continuar con su vida,
algunos piensan con vergüenza en el exilio, otros sólo en ganarle la batalla al
tiempo, resistiendo encerrados hasta que se restablezca la paz. Nosotros
sufrimos al verlos y yo me avergüenzo por el trato que damos a los refugiados.