Película de festivales (ha recibido numerosos premios). Lenta, los dramas y las tragedias se van fraguando a fuego lento, por eso puede aburrir a algunos espectadores, que verían bien que durase media hora menos. El ambiente físico y social que retrata el director en el entorno de este pequeño pueblo pesquero islandés es desolador. Casas que por fuera parecen barracones, coches abandonados en cementerios de automóviles, incluso cuando la belleza imponente del paisaje, marítimo o interior, aparece, te sobrecoge, te intimida.
Y socialmente, peor. Hijos e hijas enfrentados con sus padres, llegando a la agresión mutua, alcoholismo como salida a vidas inhóspitas, machismo. Claro, en este entorno plantear el descubrimiento de una sensibilidad homosexual es letal.
Por la crudeza refinada de algunas escenas pensé en una directora, pero no, es un director. Yo la vi reconociendo el buen desarrollo argumental y dramático; es decir, como una buena película, pero no para todos ( a mi hija Carmen de salida no le gustó, por ejemplo, y a su amiga Ana, tampoco, casi menos).