La vi el 20 de diciembre.
Es una película hecha con indignación. Al final, con los títulos de crédito, nos informan del número de desahucios por día y del porcentaje de paro que había en 2012, y son cifras escalofriantes. Uno de esos casos se refleja aquí. Una mujer sola con su hijo, sin trabajo, sin expectativas de encontrarlo y a punto de la echen de su casa (esa es la última escena, la de la pérdida del hogar). Natalia Molina lo es todo en esta película (que vi el día de las elecciones. Sin comentarios) Puede que tenga excesos (el contraste entre la Eurocopa del 2011 y el drama de esta mujer y su hijo a veces está un poco forzado), pero controla bien el director las situaciones dramáticas y al llenar de dignidad a la protagonista, la aleja de melodramas lacrimógenos.
Ganó muchos premios en Málaga y ha tenido buenas críticas, pero ¿cuánto ha durado en la cartelera? Sólo sigue en los cines Verdi, y gracias a ellos la vi. Deberían pasarla por los Institutos y Colegios.