Que una película que dura poco más de una hora y que, sobre todo, está rodada desde el interior de un coche de forma casi artesanal, utilizando una cámara puesta en el salpicadero, la cámara del móvil y otra que tiene una máquina de fotos que usa una sobrina del director-taxista, una niña de poco más de 10 años, tenga cinco estrellas en Metrópoli y en la Guía del Ocio y que haya obtenido el Oso de Oro en Berlín 2015 es bastante sorprendente. Una razón extra cinematográfica puede ser la del cineasta oprimido: no puede salir del país, no puede rodar películas, y para saltarse estas prohibiciones hace de taxista y graba y filma a sus pasajeros. Alguna vez se sale del taxi y el escenario se abre y vemos desde alguna de esas cámaras algo de la vida exterior. Historias cotidianas que reflejan aspectos de la sociedad iraní y asuntos siempre interesantes y atrevidos (religión, derechos humanos, cine y libertad, valores oficiales...)Es un cineasta maniatado pero vivo. Lo de las cinco estrellas, que cada cual piense lo que quiera.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
El cine llevado a su
esencia, un guión, una cámara y unos personajes que nos narran la historia, no
hay nada más, este director condenado a no hacer cine, escapa a su condena con
los medios más rudimentarios, no hay artificio, pero es capaz de contarnos su
historia, de adentrarnos en el corazón de Teherán, y presentarnos un alegato
contra la opresión a través de los diálogos de sus personajes. Me alegro que se
llevara el oso de oro en Berlín.