Las dificultades que implica rodar escenas de escalada en el Everest en condiciones extremas las hace el director con brío (tal vez sobran dos vuelos rasantes idénticos de las cordadas camino de la cara sur del Everest), retratando con las mayores dosis de verosimilitud esas circunstancias. Se filmó en varios lugares (gran presupuesto), y las escenas de montaña se hicieron en los Alpes Italianos, y parte en estudio, en los míticos Cinecitta. Pero no notas nada de artificiosidad. El gentío de ser un sitio de moda a más de 5.000 metros y ya más arriba las dos cordadas que se disponen a hacer cumbre el 10 de mayo de 1996 ¿Cómo poder reflejar sucesos y conversaciones entre personas que murieron en la expedición? El director decide con la documentación que maneja cómo pudo suceder. Hay veces que sobra un poco de espectáculo, de tramoya de relleno, pero hay que admitir que no deriva en melodrama facilón, que se contiene, aunque podría haber sido más sobrio. Película entretenida e interesante que plantea el riesgo máximo como negocio, tratando de mantener en ello las mayores dosis de la pureza de la montaña, cosa difícil (me acuerdo ahora del excelente documental sobre Iñaki Ochoa de Olza, "Pura Vida". Era igual de apasionante, cayó también en la montaña y era un canto a esa locura que es subir hasta el límite de las fuerzas y de la resistencia humana).
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Desde el comienzo sabes que las cosas
no van a ir bien, el guión y la dirección te van dando pistas sobre la
fatalidad que acecha a los protagonistas, a pesar de ello a la historia le
falta pasión, se queda un poco edulcorada aunque haya momentos en que yo no
pueda mirar a la pantalla, sintiéndome
ante el abismo o congelándome entre esos vientos racheados. Hay cinco
personajes que quedan bien delimitados y que sirven para hilvanar la historia,
los demás parecen de relleno y no los distingues bien, con lo que pierden peso
específico a pesar de ser parte de la expedición, lo que vuelve confusa la
narración.