sábado, 11 de julio de 2015

Los caballos de Dios, de Nabil Ayouch

Es una película valiente, recomendable para verla en los Institutos. Dice el director que rodaron en otro barrio chabolista porque del que partieron los kamikazes ya está bastante cambiado, pero que mucha gente de Sidi Mumen, el nombre de este barrio de Casablanca, separado de la Medina, casi a años luz de ella, la utiliza en la película, tal vez por eso lo viven tanto, tan intensamente, sobre todo los niños de los que parte la historia.
Aparte de otras consideraciones relacionadas con la personalidad de los protagonistas, el director establece una relación directa entre yihadismo y pobreza, entre desclasamiento, vida sin futuro, puertas cerradas, y la salvación a través del islamismo radical.
Puede que alargue demasiado el momento clímax,el final esperado, pero los pasos que va dando son firmes y resueltos. Me gustaría saber qué opinan los marroquíes de España, seguramente ninguno la verá. Sobre todo va dirigida a ellos, a los musulmanes.
Lo que opina Ana:
Escalofriante relato sobre la captación de yihadistas dispuestos a morir matando. Inspirada en los atentados de 2003 en Casablanca.
Fabula sobre el origen de esos  jóvenes“mártires” que actuaron como bombas vivientes. La historia está muy bien estructurada, tiene ritmo, aunque es  demasiado larga. Comienza con un gran travelling sobre el depauperado barrio de Sidi Mumen, acercándonos a los que van a ser los protagonistas de la historia, dos hermanos del barrio, uno con rasgos de líder y otro más pequeño, protegido por el mayor, junto a ellos el amigo fiel del pequeño. Veremos crecer a estos chicos sin futuro y reconvertirse en  fieles yihadistas.

La situación social, la descripción de las condiciones del barrio están muy bien narradas, tratando de no perder nunca la objetividad, ni de tomar partido, sin juzgar, sólo presentando unos hechos que, de tan creíbles, dan mucho miedo.