Lo que se narra es una historia de corrupción, permitida desde el poder con la premisa de que el fin justifica los medios. Es una película dignamente hecha, bien interpretada y con suficientes dosis de realismo para que este thriller policiaco destile verosimilitud. Tiene alguna pega (bajonazos que diríamos en el lenguaje taurino), casi todas relacionadas con la vida familiar de los cuatro policías del grupo; por ejemplo, que el más duro de ellos, Rafael (Antonio de la Torre), acoja en su casa a una chica que aparece a la puerta de su casa y que le dice que no tiene donde quedarse, pues es salirse del guión. Pero si olvidamos o pasamos por alto esta faceta, la búsqueda de drogadictos, los trapicheos, las componendas, los oscuros ángulos del abuso policial, quedan muy bien expuestos, con fuerza, con tensión dramática. No hay que olvidarse en el apartado de los actores del personaje de la Caoba, Estefanía de los Santos, una prostituta entre dos fuegos, que al final sale chamuscada. Excelente interpretación.