
Es una buena e interesante manera de abrir el nuevo año desde el punto de vista cinematográfico, por el espíritu de la película y por su realización. Kaurismaki quiere contarnos un cuento en el que los buenos sentimientos y las buenas acciones prevalecen y se imponen a la dura aplicación de la ley contra los desvalidos, en este caso un niño negro inmigrante. El quijote es Andre Wilms, Marcel Marx en la película (¿indicará algo ese apellido?). El elenco de actores habituales de Kaurismaki, finlandeses, se expresa en un francés rudo, áspero (en la mujer del protagonista parece que las palabras son como piedras), pero igual de válido que el de los franceses (Jean-Pierre Darroussin, el poli, le flick, bueno) para hacer que la vida de este puerto esté impregnada de un ambiente solidario y generoso. Hasta la perra Laika colabora para conseguirlo. Y lo mejor es que una vez que entras en ese universo que ha ideado Kaurismaki, el desarrollo de la historia no te extraña, ni te parece forzado, ni noño, y en eso está el mérito del director (y también guionista).
Lo que opina Ana:
Un bonito cuento de perdedores que logran lo que les suele estar negado. Sorprendente arranque en la estación de tren de El Havre, el foco puesto en los zapatos de los transeuntes ante la mirada de dos limpiabotas que esperan para poder ejercer su oficio, parece intuirse un thriller, un hombre esposado a un maletín y con pinta de malvado elige lustrar sus zapatos de charol antes de caer en las garras de sus contrincantes; tras este toque de cine negro, la película cambiará totalmente de rumbo para contarnos una historia solidaria, amable, un cuento con final feliz protagonizado por gente buena a la que dan vida unos excelentes actores, insuperables Andre Wilms, el limpiabotas bohemio, y Jean Darroussin, el comisario negro con corazón de oro. ¡Qué gran creador de caracteres Aki Kaurismäki! Todos sus personajes resultan entrañables, Arletty, la esposa extranjera del limpiabotas, la dueña del bar, la panadera, el frutero, el viejo doctor, Chang, el limpiabotas vietnamita y hasta la misma Mmlle Laika, la perra fiel del matrimonio protagonista. Crea unos escenarios anclados en el pasado, recreando unos ambientes que nos muestran un tiempo detenido en los años 60, así ocurre con el mobiliario en la casita del matrimonio Marx, o en el hospital, o el bar, todo el barrio es "pretecnológico" aunque la acción transcurra en la actualidad.