
Creía que me lo iba a pasar mejor. El personaje principal, el de la madrina de la novia que representa Kristen Wiig, es un personaje un tanto desesperanzado y desesperado, al que todo le sale mal, y, salvo en algunas escenas (por ej. en la que ante el auditorio de invitados simula saber español, diciendo palabras y frases inconexas), no destila mucho humor. Por otra parte, mucho de ese humor es sal gorda (otro ej., cuando a todas las damas de la novia y a la misma novia les sienta mal una comida mexicana y en una tienda lujosa de ropa femenina tienen que arreglárselas como pueden para dar salida a sus necesidades fisiológicas). Todo el reparto femenino responde a un patrón fijo de mujer, cada una en su papel encasillado (la madre de familia hastiada y salida, la aparente recién casada feliz, pero frustrada, la gorda que ha superado complejos, la sofisticada solitaria). Eso sí, en todas, las referencias al sexo son constantes.