
Esta película de Gianni di Gregorio (director, guionista y actor principal) se te hace realmente corta. Sólo dura 75 minutos, pero se pasan en 30. Yo creo que los espectadores nos quedamos con la expresión congelada del ¡yá acabó! Es una buena señal.
Son cosas de esta Italia increible (por lo bueno y lo malo). Estos italianos son capaces de organizar formas de convivencia insólitas; en este caso en forma de residencia de ancianos, pero muy particular. Más bien parece un grupo de colegialas rebeldes y marchosas. Queda en segundo plano, pero visible, esa decadencia y soledad que trae consigo la vejez, pero sin dramatismos. Sales del cine con la sonrisa puesta y todavía perdura un buen rato.
Lo que opina Ana:
Amable y divertida comedia romana sin grandes pretensiones, que sólo busca contar una historia costumbrista con un tono pícaro y a la vez tierno. Se ve en un suspiro, cuando llega el final tienes la sensación de haber saboreado un dulce durante el tiempo justo para no hacerse empalagoso. Muy bien elegidas estas debutantes octogenarias que se crecen ante la cámara.