sábado, 30 de mayo de 2009

radio encubierta



Es difícil hacer una película de un barco que no se mueve, varado en el mar inmóvil. Por eso todo depende de lo que ocurre en el interior, pero la vida de los pinchadiscos entonces, era, dentro de lo que cabe, bastante mística, la música era, casi, su única pasión, vida, lucha y razón de existir. Para contrarrestar este aislamiento, la cámara muestra los efectos saludables que los discos causan en toda la sociedad inglesa, salvo en el gobierno y en ese ministro "Dormandy" (Kenneth Branagh), que considera esos sonídos maléficos e infernales. Por lo tanto, nos quedamos con la música, con esa reconocida banda sonora, y las historias que nos cuenta Richard Curtis, unas más redondas que otras, las tomamos como anécdotas. Claro que hay películas musicales mejores (me sigo acordando de Robert Altaman "El último Show"), pero con esta radio pasamos un buen rato, aire juvenil de los sesenta.
Lo que opina Ana:
La música lo puede todo y hace soportable una mala película, junto a un estupendo plantel de actores, lo demás no vale nada.

la belle personne


El Pequeño Cine Estudio Magallanes es un caso único por muchas razones: proyecta en V.O.; en una sola sala se pasan tres, cuatro y hasta cinco películas al día, alguna sólo se puede ver una sola vez a la semana y así lleva meses; a veces, durante la proyección entran los responsables de la sala como si estuvieran en su casa, abren la puerta, descorren la cortina, encienden una linterna. Cosas raras, y esta última molesta, que espero que no se convierta en costumbre. La Belle Personne, de Chirstophe Honoré, sólo la podemos ver en este cine en todo Madrid.

La traslación del ambiente cortesano del siglo XVII a un institutuo de París, aunque sea el muy distinguido y muy viejo Enri IV, con estudiantes atomentados de amor, en lugar de bellas damas y pícaros nobles, se hace difícil. Pero eso no es lo peor (aparte de los problemas de sonido y de ver las imágenes permanentemente sombrías), la confusión argumental y el desarrollo atropellado son defectos que se hacen muy presentes al principio. Al final queda una sola trama amorosa, pero, en este caso, le sobra enredo y le falta fuerza. No es una buena película, aunque el chico, Louis Garrel, sea un nuevo David de Miguel Ángel, y, además, enseñe italiano.
Lo que opina Ana:
Una adaptación de una novela del XVIII "La princesa de Clèves" de Mme La Fayette, llevada a los escenarios de un París de finales del XX, concretamente a un instituto poblado por estudiantes que merecerían pasar su tiempo sobre las pasarelas, acompañados por sus profesores, especialmente por el bellísimo profesor de italiano. No tiene hondura, sus disquisiciones sobre el amor resultan frías y cansinas, lo único que alegra el ojo es la contemplación de esos bellos figurantes.

domingo, 24 de mayo de 2009

vacaciones de ferragosto


Esta película de Gianni di Gregorio (director, guionista y actor principal) se te hace realmente corta. Sólo dura 75 minutos, pero se pasan en 30. Yo creo que los espectadores nos quedamos con la expresión congelada del ¡yá acabó! Es una buena señal.

Son cosas de esta Italia increible (por lo bueno y lo malo). Estos italianos son capaces de organizar formas de convivencia insólitas; en este caso en forma de residencia de ancianos, pero muy particular. Más bien parece un grupo de colegialas rebeldes y marchosas. Queda en segundo plano, pero visible, esa decadencia y soledad que trae consigo la vejez, pero sin dramatismos. Sales del cine con la sonrisa puesta y todavía perdura un buen rato.
Lo que opina Ana:
Amable y divertida comedia romana sin grandes pretensiones, que sólo busca contar una historia costumbrista con un tono pícaro y a la vez tierno. Se ve en un suspiro, cuando llega el final tienes la sensación de haber saboreado un dulce durante el tiempo justo para no hacerse empalagoso. Muy bien elegidas estas debutantes octogenarias que se crecen ante la cámara.

séraphine


De las tres películas que he visto con opciones a los premios CESAR, La Clase, Un cuento de Navidad y Séraphine, esta última es la que me parece más tradicional, más clásica, y desde luego por detrás de La Clase; sin embargo, se llevó siete premios, los mejores, además.

Es interesante, está excelentemente interpretada por Yolande Moreau y no tan bien dirigida por Martin Provost. La ambientación es impecable, pero su desarrollo es un poco acartonado.

En fin, se ve bien, descubres una pintora y una obra que no conocías, situado todo en ese periodo de las vanguardias artísticas, que prácticamente queda soslayado.
Lo que opina Ana:
Biografía de una desconocida pintora francesa del periodo de entreguerras, una mujer alejada de la realidad, inmersa en su mundo interior, en sus universos de locura que la acabarán arrebatando y conduciendo al manicomio. La casualidad hace que esta ingenua provinciana sea conocida por uno de los más famosos críticos de la época, Wilhelm Uhde, quien sabe valorar su genialidad artística y quien tratará de hacerla famosa. La película recrea muy bien el ambiente en que se mueve Séraphine, su vida y sus obsesiones, lo hace con un ritmo lento y lo asienta en el magnífico trabajo de su protagonista Yolande Moreau, sin duda lo mejor de la película.

viernes, 15 de mayo de 2009

la vergüenza


Ganó en Málaga y dos premios fuertes, mejor película y mejor guión (la otra ganadora, "El niño pez" ya no está en la cartelera, dos semanas y fuera).

Otra película excesiva, como "25 kilates", pero esta más y peor. Escriben en El País que la primera media hora es prometedora, y luego se diluye. Quizá la película sea reflejo de su director y guionista, David Planell, un señor bragado en el oficio de guionista (con varios cortos premiados también) de tv. (y se nota la dedicación a ese medio en el sentido de dar giros inesperados, que te dejan sorprendido, para mantener la atención del evasivo espectador televisivo, pero en el cine sino están bien traídos y con sentido de lo que es la película, te parecen recursos fáciles y fallidos) que dice que Shakespeare es uno de sus "guionistas modelo". La película no coge el tono: cómica, dramática, melodrámatica. Se estanca en el piso de Pepe (Alberto San Juan) y Lucía (Natalia Mateo) (muy bien los dos), y cuando sale es peor, mucho peor, con el niño Manu (mal elegido) y su cuidadora (Norma Martínez en el papel de Rosa), otro personaje que se queda desdibujado entre la bruma de lo que pretende.

Además la película está sobre decorada: me distrae. Tan mona y tan artificial, tan colocada y tan moderna, formando una realidad aparte de los personajes, se superpone a ellos.

De todas formas, hay películas extranjeras que son bastante peores y llenan las salas.
Lo que opina Ana:
El origen del argumento es interesante, un matrimonio que se da cuenta que pueden haberse equivocado en su deseo de adoptar al hijo que tienen en acogida; la forma de desarrollar la historia va haciéndose disparatada cuando quiere ahondar en la realidad de la pareja o cuando, sobre todo, introduce a una madre biológica que no entra ni con calzador en el relato. Demasiadas aspiraciones, un relato más sencillo habría dado mejores resultados.

jueves, 14 de mayo de 2009

25 kilates


Es una película excesiva desde el comienzo. Tal vez sea consustancial al cine negro, que casi no te da respiro. El director, Patxi Amezcua, es primerizo y eso tiene un gran mérito, porque la película nunca se cae. Tiene algún problema de engranaje, de que no te suene demasiado forzado lo que ves; por ej. el acento andaluz chusco del padre de la protagonista, Manuel Morón en el papel de Sebas. También choca el tono de voz del protagonista, Francesc Garrido en el papel de Abel, demasiado aflautado para lo que encarna el personaje. Pero donde se le va un poco más la mano es al final, con la masacre general, a modo de "gran mascletá".

Al exigente Carlos Boyero le parecía una "muy apreciable película española", con unos actores ejemplarmente elegidos y dirigidos. Vamos a ver en lo que queda la carrera de la chica, Aída Folch.
Lo que opina Ana:
No es habitual encontrarse con directores españoles adentrándose en los difíciles terrenos del thriller, así que esta película resulta inusual en nuestra cinematografía, pero se resuelve bien. Mantiene la intriga, la tensión, no chirría, es creíble; sólo al final se pasa de la raya y se cierra sin saber hermanar ficción y realidad.

the international


Nos regaló Lía dos entradas que habían dado a Sony y fuimos a verla un domingo al cine Proyecciones. La verdad, estoy desacostumbrado a estos cines, llenos de chicas y chicos con palomitas, de niños con sus padres y de gente que va al cine de "oídas". Como tuviera que venir a ver las películas (dobladas) a estos cines y con este ambiente, no vendría, se acabaría el título de este blog, cineenelcine, y sería "cineencasa".

La película está diseñada para este tipo de espectadores, ampulosa en la forma, pretenciosa en su planteamiento original, vacía en su esencia final. Aquí se trataba de denunciar a los bancos como los "señores de la guerra". Pero sin que quede ninguna conciencia duradera de tal denuncia, se pierde la carga de profundiad. Como escribe Javier Ocaña, "se le acaba escapando la transcendencia del discurso".
Lo que opina Ana:
Larguísima y pasada de rosca. Es una película de acción e intriga que quiere también aportar una parte de protesta y denuncia, pero acaba convertida en un disparate; la matanza en el Gugenheim de Nueva York te acaba provocando la risa. La vimos gratuitamente gracias a unas invitaciones que nos regaló Lía, lo que implicaba ir a una sala muy comercial y perdernos la versión original, seguramente oída en inglés habría mejorado algo. Muy efectista, con un montón de dinero detrás, pero con pocos frutos que recoger.

Ponyo en el acantilado


El dibujante Hayao Miyazaki es una celebridad, su película "El viaje de Chiriro", de 2001, se llevó grandes premios en Europa, el Oso de Oro de Berlín, y en América, el Oscar a la mejor película de animación.

Lo bueno de esta película es la historia del niño y el pez, una amor a primera vista y a prueba de dificultades. El trasfondo ecológico-filosófico es otra cosa, incluso un poco impostado, pegado con dificultad a la principal. De cualquier forma, la fuerza está en los dibujos y en sus colores y en la maravillosa ingenuidad del niño, tan tozudo como su madre y tan soñador como su padre. Y el mar de compañero inseparable, incluso cuando amenaza con castigar a los humanos. Escribe Jordi Costa (El País, 24-04-09) que esta película es poesía desaforada de principio a fin.
Lo que opina Ana:
Un cuentecito de animación con una historia más propia para el público infantil que para el adulto. Resulta poquita cosa, aunque sus imágenes son poderosas, especialmente todo lo que no son figuras, en las que se impone la técnica Manga y la imagen "Heidi". La recreación del mar, la casa del acantilado, los paisajes te cautivan, así como el niño y su madre, en cambio cuando la historia deambula por terrenos mitológicos resulta un poco burda.

la sombra del poder


Resulta la trama un poco manida, el viejo periodismo lucha por esclarecer la verdad, haciendo el periodista de sabueso, de amigo de la policía y de intrépido investigador. Para modernizar un poco este planteamiento, aparece una joven periodista que se dedica a la edición digital, pero que tiene en su sangre la misma vocación de ir a por la noticia, saliendo en su búsqueda, cueste lo que cueste.

El que el investigado sea un político, amigo del periodista, es una anécdota más, que adorna el planteamiento y al final realza el valor del periodista. El director, Kevin Macdonald, tiene una carrera corta, pero provechosa (películas premiadas y reconocidas como "El último rey de Escocia", junto a documentales de igual parangón). El comienzo es trepidante, una persecución implacable con solo la imagen del perseguido y víctima. Escribe Carlos Boyero (El País, 17 de abril, 2009) que la película consigue lo que se propone "un entretenimiento muy digno".
Lo que opina Ana:
Periodismo y política en torno a la investigación de una trama de corrupción en el Congreso norteamericano. El bien y el mal enfrentados en una trama agilísima en la que se mezclan la intriga policiaca, la tensión creciente y el guardarse un as en la manga hasta el final, ya que no todos son lo que aparentan. La única pega que le pongo es que termine de manera algo confusa. Russel Crowe afina muy bien su papel de héroe.

déjame entrar


Mejores críticas, imposible. Contrasta este drama juvenil nódico con la idea de la excelencia académica de sus adolescentes. Esas pruebas que nos dejan a nosotros tan mal y a ellos copando los primeros puestos de la lista de resultados. Y en "Déjame entrar", película de Tomas Alfredson, basada en la novela del mismo nombre de John Ajvide Lindquist, sentimos un ambiente escolar asfixiante, una soledad familiar que ni siquiera tiene la alegría de la luz, la fuerza del sol. Y en este ambiente aparece lentamente, pero con toda normalidad el amor; no importa que la chica sea una vampira, el chico lo asume sin más.

Escribía Juan Antonio Bayona (El País, 17 de abril de 2009) que deberíamos sentirnos orgullosos de este bellísimo cuento de miedo. Es verdad que los enemigos del chico, Oskar, son odiosos; pero cómo podemos comprender que Elí, la chica de la que se enamora, la vampira, necesita sangre humana para sobrevivir. Si pudieran vivir encerrados en un mundo propio, serían felices, pero no podrán, aunque eso no lo vemos.

Película nada truculenta, rodada con esa frialdad sueca, llena de calor interior. Y los dos chicos, excelentes.
Lo que opina Ana:
Emocionante, poética, una historia dura, un cuento estremecedor desarrollado entre los rigores del frío, los paisajes heladores sirven de fondo para remarcar la soledad de sus protagonistas. En medio de tanta tristeza se enciende la llama del amor y es capaz de dar la vuelta a unas vidas condenadas a la incomprensión y al ostracismo. No da miedo esta historia de vampiros, lo que realmente produce terror es el abuso y la violencia entre los alumnos, ver cómo nuestro infeliz protagonista es acosado por unas bestias crueles, ahí es donde verdaderamente reside el mal. La otra tragedia la vemos como inevitable, reducida a las leyes darwinianas de la supervivencia,

la buena vida




Criticaba Jordi Costga en "El País" que se use tanto la fórmula González Iñárritu-Guillermo Arriaga. Este director chileno, Andrés Wood, no se ha escapado a ese influjo, incluso lo ha acelerado, porque las historias se suceden a una velocidad de vértigo, cuando te estás acomodando en una, ya has saltado a otra. En todas, el ambiente plomizo, las luces apagadas, unas vidas sin brillo, llenas de frustración. La mayoría de las historias son buenas, alababa este crítico la del peluquero, que lucha por sacar a flote la memoria de su padre muerto (buñuelesca la escena en la que reconstruye el esqueleto improbable de su padre). A mi me gustó la del músico joven, el trompetista que para sobrevivir tiene que meterse en el ejército. Al final, un pequeño rasgo de esperanza da aliento a estos personajes. No a todos, porque sino parecería un guión blandengue. Las víctimas caen del lado de los más abandonados entre los deseperados. Interesane película, sin duda.
Lo que opina Ana:
Es esta película un fresco sobre algunas de las vidas de los habitantes de Santiago de Chile, vidas que se van cruzando a la manera que está tan de moda desde la incursión en el panorama cinematográfico de Iñárritu y Guillermo Arriaga. Son cuatro historias paralelas, contadas con un ritmo melancólico, a menudo triste, la mayoría de los personajes apenas disfrutan de la vida y el espectador sale apenado. El sonido es directo, lo que le hace perder calidad y alejar el español chileno del de aquí, de manera que en algunos momentos uno desearía los subtítulos.