
Se va a producir un camino divergente entre el público y la crítica. Carlos Boyero califica la película de onanismo mental; en Metrópolis de dan dos estrellas, eso sí, reconociendo una calidad muy por encima de la media de las películas españolas. La gente no entiende estos comentarios, acude a verla y sale satisfecha.
Yo creo que la película muestra a ratos la capacidad inmensa para hacer cine que tiene Almodóvar. Hay escenas, tomas, encuadres, composiciones que son de un superdotado. La trayectoria se corta, es tan alta que cuando se quiebra, notas la caída. ¿Cuándo? Cuando los protagonistas se marchan a Lanzarote. A partir de aquí parece como si perdiera Almodóvar la brújula; se fuerzan explicaciones que empeoran la narración. Tenemos que esperar hasta la última secuencia para retornar al goce, ver a Penélope y a la Machi recreando libremente "Mujeres..." es un placer de alta cocina.
Lo que opina Ana:
Con la avanzadilla de unas críticas muy mediocres fuimos a ver la última de Almodóvar, afortunadamente no coincidí con esas opiniones, a mí me gustó. No es la mejor de Almodóvar, pero como en todas sus películas, hay momentos magistrales y se deja ver muy bien hasta que se acerca al desenlace; en ese momento el director se pierde al querer contárnoslo todo, al querer dejar todos los hilos anudados, esta vez le han fallado las elipsis, resultando grotescas sus detalladas explicaciones. Vuelve a renacer en el epílogo, ¡magistral el diálogo entre la Machi y Penélope Cruz! en un merecido homenaje a sus mujeres al borde de un ataque de nervios.
Plásticamente me quedo con la escena del gazpacho, Penélope cortando unos rojísimos tomates mientras se le derrama una lágrima, como una gota de aceite que cae sobre uno de ellos.
El cine estaba muy lleno, con mucho palomitero y así, cuando acabó la proyección, no pudimos disfrutar del cante de Miguel Poveda , sirviendo como fondo sonoro a los títulos de crédito y despidiendo con desgarro la película.
Con la avanzadilla de unas críticas muy mediocres fuimos a ver la última de Almodóvar, afortunadamente no coincidí con esas opiniones, a mí me gustó. No es la mejor de Almodóvar, pero como en todas sus películas, hay momentos magistrales y se deja ver muy bien hasta que se acerca al desenlace; en ese momento el director se pierde al querer contárnoslo todo, al querer dejar todos los hilos anudados, esta vez le han fallado las elipsis, resultando grotescas sus detalladas explicaciones. Vuelve a renacer en el epílogo, ¡magistral el diálogo entre la Machi y Penélope Cruz! en un merecido homenaje a sus mujeres al borde de un ataque de nervios.
Plásticamente me quedo con la escena del gazpacho, Penélope cortando unos rojísimos tomates mientras se le derrama una lágrima, como una gota de aceite que cae sobre uno de ellos.
El cine estaba muy lleno, con mucho palomitero y así, cuando acabó la proyección, no pudimos disfrutar del cante de Miguel Poveda , sirviendo como fondo sonoro a los títulos de crédito y despidiendo con desgarro la película.