sábado, 1 de noviembre de 2008

la comedia de la vida


Ana dice que es una de las mejores películas que ha visto ultimamente (y no quería ir, desconfiaba de lo que había leido). Bueno, creo que no es para tanto. Es una película distinta, para cinéfilos. Es lenta, pero no aburrida, como no tiene trama, sino que tiene "tema" puede que la gente se quede un poco perpleja. Algunos personajes tienen varias apariciones, como la señora que pide a su novio punky que se vaya y se lleve a su propio perro; como la chica que se enamora de Micky, el guitarrista y cantante de un grupo de música (me gustó la escena de la casa-tren, que se mueve como un vagón y también me gustó el blues que toca Micky).

Todas las escenas son a plano fijo, no hay movimiento de cámara y todos los escenarios están muy cuidados, son fríos, de colores apagados, verdosos de lago sucio. Los personajes se parecen a las figuras expresionistas de Grosz, de Kirchner, pero sin color, pálidos. El director quiere hacernos reflexionar sobre cómo pasamos la vida, menos mal que aplica generosamente el humor en esta reflexión, y una buena música, poco noruega o sueca.
Lo que opina Ana:
El director sueco Roy Andersson perfila composiciones pictóricas en cada una de sus escenas y se acerca con tristeza y humor a situaciones cotidianas en la vida de unos personajes cargados de soledad; contra ella se rebelan unos, otros la aceptan o incluso desean.
Se mueven los personajes en un paisaje urbano desolador, frío, impersonal; se observan unos a otros sin llegar a tocarse; sólo en sueños se consigue algo de calidez, como en la escena de la habitación-tren del onírico y romántico viaje de novios del rockero y su enamorada.
Juega con el absurdo y recuerda en algunos momentos a Buñuel. Gran cine.