Comienza con un diálogo imposible de
seguir, yo echaba de menos los subtítulos del gaditano cerrado, afortunadamente
sólo en algunas ocasiones es como si hablaran en un idioma desconocido.
Esta es la segunda película que
realiza el director sobre la vida de estos dos hermanos gitanos, no es fácil de
hacer y consigue emocionar; las actuaciones son sobresalientes, se representan
a sí mismos con toda naturalidad, como si no hubiera una cámara. Nos abren su
mundo, tan lejano y duro, ofreciendo bofetadas de realismo agridulce. A mí me
conmovió hasta las lágrimas su lado más triste.
Ahora estoy deseando poder ver la
filmada 12 años atrás y espero que haya una tercera que nos ofrezca un futuro
mejor.