Este documental familiar dura una hora y es lo justo. Está bien organizado en sus partes, cuenta con testimonios de gran fuerza, la hermana del director María Arratibel llena ella sola la pantalla, y lo que pone sobre la mesa es algo importante, más si te ocurre a ti: la conversión en masa de tu familia en ferviente católica, no siéndolo antes. Quedan algunas dudas: qué pasa con la historia del padre, al que dedica la película. Los espectadores estaban muy entregados a la causa (conversos ellos, parecía) y una señora llevaba una bandera de España, mezclando churras con merinas.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Documental
introspectivo pero abierto al exterior. Parece que su autor busca exponer sus
miedos, afrontarlos a través del diálogo, preguntando y tratando de entender. Lo estructura en
pequeños capítulos en los que nos va presentando a los personajes, todos muy
cercanos ya que está retratando el proceso de conversión o reconversión de sus
grupo familiar a la fe católica. La película tiene ritmo y está bien construida.
Como espectador puede producirte a veces un poco de pudor meterte en sus vidas
y a veces indiferencia. La sala estaba llena de fervientes creyentes que salían
muy contentos del cine.