Cine lleno de gente no habitual, que chismorreaba al principio, se recordaban unos a otros apagar el móvil y aplaudieron al final. Bueno, durante la película no dieron guerra.
En Metrópoli le dan cuatro estrellas, en la Guía del Ocio tres (en ambos casos sobre cinco). En el País celebraban que el director volviera al cine de su primera época.
Es una película bien hecha (estrenada en Cannes en 2014; llega con dos años de retraso), otra cosa es su ritmo lento, sobre todo en la segunda parte, cuando el marido de la protagonista regresa del campo de "rehabilitación" al acabar la Revolución Cultural. Tiene ese toque de denuncia histórica. Pero sobre todo, más en la segunda parte, y como mensaje de la película en general, destacan con un fin moralizante el amor y la comprensión. Para reforzar esos sentimientos se acentúa la vertiente melodramática, y ahí puede haberse pasado un poco Zhang Yimou. Su actriz de referencia, Gong Li, desempeña muy bien ese papel.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Historia intimista de un amor
inquebrantable, cargado de ternura, contemplado desde el otro lado de la mente perturbada de la protagonista,
incapaz de reconocer a su amado. La película tiene dos partes, bien conectadas,
una primera en que se narra la separación familiar y la dedicación de la madre
a su hija, rota bruscamente por un intento de fuga del padre y una segunda que
narrará el regreso del cautivo, es entonces cuando la historia de amor se
adueña del film y a mí me viene a la mente la canción de Cecilia que habla del
ramillete de violetas, la película tiene ese sabor a un amor total y no reconocido. Quizá pueda pecar de un poco
dulzona, yo se lo perdono, consigue conmoverme.