Otro día de la fiesta del cine aprovechado, y otra película que no voy a recomendar. Me interesaba el tema: la llegada de la II Guerra a Francia y los desplazamientos de población que ocasiona y los primeros horrores.
El tono es importante, y va de lo medio cómico a lo medio trágico. Tiene tan poca verosimilitud que ni las víctimas te impresionan. Los huidos bailan en el camino, como si fuera una verbena; beben y comen como si estuvieran en una romería, y a renglón seguido, un bombardeo y cuerpos ensangrentados yacen repartidos en el camino. Y la coincidencias son de traca, la más rocambolesca y estrambótica es la del reencuentro del padre protagonista con su hijo, ambos perdidos y solos en medio de esta locura, y de repente coinciden. Contar cómo produce sonrojo. En fin, otra que no. Me quedé hasta el final para ver las fotografías de la época, para así sentir algo de realismo histórico.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Lo que pretende ser una epopeya, no
produce más que empalago. Resulta cómica de tanto disparate como narra. La
historia en otras manos podría haber sido una gran película, pero en las de
Christian Carion no es más que un quiero y claramente no puedo.