viernes, 19 de febrero de 2016

La gran apuesta. Dir. Adam Mckay

Con un ritmo de no parar, los personajes en constante movimiento, interiores, exteriores, hablando siempre, entre ellos, por teléfono, en distintos escenarios y con un guión endiablado que te obliga más a leer que a ver, sacas varias conclusiones: que te has enterado de la mitad, como mucho; que los directores de estas sociedades financieras, aun siendo medio legales, son muy raros; que el sistema está podrido, pero goza de buena salud y que los que pagan son los de siempre. Este es el resumen de la última crisis del capitalismo. La pregunta es, aparte de lo cinematográfico, ¿sirven para algo estas películas? ¿Sirven para arreglar el sistema? ¿Para corregir defectos? ¿Para que estemos aleccionados? Soy un poco pesimista.
Lo que opina Ana:
Bien realizada, bien interpretada, pero como todas las de su género, confusa. Te enteras de algo porque conoces la realidad de la que están hablando, desgraciadamente todos tenemos una mínima idea de los orígenes y razones de esta interminable crisis económica que estamos sufriendo. Intenta ser didáctica, introduce personajes con la única función de darnos mini clases de economía, pero ni con ésas. Intenta aligerarla, consigue darle ritmo, pero sigue siendo densa a pesar de que quede muy claro que todo es una mierda y lo que es aún peor, que no hay manera de pararla.