
Escribe Javier Ocaña que esta película tenía que haber llegado cinco años antes, yo también pienso así, y de esa manera haber contribuido a frenar esa epidemia de ladrillo que nos ha invadido física y moralmente. La película se desarrolla bien, pecando tal vez en hacer un retrato simple, esquemático y costumbrista, pero cumple el papel de mostrar un estado de cosas que ha sido general, y unos personajes que han sido así. En esta burbuja ha participado medio país, aunque no todos han sacado el mismo beneficio. O sea, que como película pro indignación funciona. El final debería haber ahondado en la desesperanza y la tragedia, pero el director no se ha atrevido y ha optado por rescatar al pobre timado (muy bien Fernando Tejero). Es cierto que no llega a la polifonía y matices de "Casual Day". pero tampoco se puede afirmar (Metrópolis) que carece del relieve dramático y de la mala leche que tenía aquélla.
Lo que opina Ana:
Disección de una tragedia, esta nueva película de Max Lemck se adentra en el mundo de la corrupción inmobiliaria, nos presenta el modus operandi de unos facinerosos que se enriquecen sin escrúpulos a costa de destrozar las vidas de los infelices que caen en sus garras. Muy adecuada para los tiempos que corren.
Buenas interpretaciones, especialmente las de Emilio Gutiérrez Caba y Fernando Tejero.