
Margin Call te deja frío y un poco adormecido. Vemos a unos personajes que quieren salvar su puesto de trabajo y para ello venden acciones, títulos y cédulas que son aire, pero el mercado es así. Todos sólo buscan su salvación; el capitalismo genuino, el individual, el yo supremo. Cualquier proyecto colectivo o comunitario es una antigualla. De todas formas, la visión de este mundo de ejecutivos de las finanzas, los dueños del mundo, está realizada desde la distancia; a mi no me pasó como a Carlos Boyero que le pareció una desasosegante y terrible película; al contrario, la vi casi como si fuera una práctica de laboratorio, una disección, un retrato antropológico, que pese a los desmanes morales que presenta, no me llevó a ese estado emocional que suscitan las buenas películas de denuncia, y eso que tiene unos actores de gran relumbrón.
Lo que opina Ana:
Grandes intérpretes para una película difícil de seguir, fiel reflejo de esta crisis en la que estamos inmersos, ellos son los mercados de los que tanto se habla y de los que el común de los mortales sólo sabemos que nos están jodiendo la vida, pero sin comprender de dónde procede todo este embrollo y por qué no se atisba la salida.
No me atrapó, me aburría su intriga y acabé dejándome adormecer en la butaca tras una larga semana de trabajo.
Lo que opina Ana:
Grandes intérpretes para una película difícil de seguir, fiel reflejo de esta crisis en la que estamos inmersos, ellos son los mercados de los que tanto se habla y de los que el común de los mortales sólo sabemos que nos están jodiendo la vida, pero sin comprender de dónde procede todo este embrollo y por qué no se atisba la salida.
No me atrapó, me aburría su intriga y acabé dejándome adormecer en la butaca tras una larga semana de trabajo.