viernes, 24 de junio de 2011

La doctrina del shock de Michael Winterbottom y Mat Whitecross



Lo que opina Ana:
El documental va tirando de la madeja y exponiendo la teoría defendida por Naomi Klein sobre el modo de actuación de este neoliberalismo feroz que se ha acabado imponiendo en el mundo y que ha sido capaz de transformar gobiernos y saltar muros, siempre llevado de la mano de los EEUU; ya no hay barreras que lo contengan, la caída del comunismo le ha dejado el campo abierto.
Resulta demasiado simplista, parece que nada podemos hacer, somos sus títeres y, sin embargo, acaba con un canto de esperanza, si nos lo proponemos podemos pararlo, conocemos sus métodos y no nos vamos a dejar engañar más; este canto al optimismo se contradice con todo lo que acaban de presentarnos, ¿cómo podemos luchar contra un poder omnímodo que fue capaz de imponer a Pinochet en Chile, de expandir las dictaduras militares en el Cono Sur, de derribar el muro de Berlín y de atacar el parlamento Ruso para dejar a su pueblo a merced del capital, de destruir Iraq y un largo etcétera de desmanes? Parece que vamos de un buen hombre, Roseevelt, que se opuso al liberalismo sin control, a otro buen hombre, Obama, que se dirige por el mismo camino; entre medias, feroces lobos o estúpidos títeres y de entre ellos, el flamante premio Nobel de economía Milton Friedman, la encarnación del mal. Pero una nueva era se avecina y en nuestras manos está el detener esta línea de actuación, dejemos de tener miedo y salgamos a defender lo que es nuestro. Bonito, pero ingenuo.
¿Dónde queda China en este juego? No se la nombra ni una sola vez.
Como ejercicio de memoria histórica es muy plausible y recomendable, pero el análisis es demasiado superficial y el tratamiento cinematográfico poco atractivo.

Emilio:

Este documental es como la primera parte de Inside Job. Deberían verse en este orden. Parten de presupuestos diferentes, para llegar al mismo lugar. La doctrina del Shock sigue la hipótesis de Naomi Klein de que el capitalismo utiliza estos estados colectivos para imponer a la sociedad unas condiciones económicas basadas en el neoliberalismo, apadrinado por Milton Friedman, que socavan la igualdad social y económica, en beneficio de los más poderosos (ejemplos, Chile tras Allende, Argentina de Videla, Gran Bretaña de Thatcher). A igual punto de destino llega Inside Job: el capitalismo agresivo busca desregularizar los sistemas de control y hacer negocios fraudulentos, solo con el único fin de enriquecerse. Hay otro punto en común: están triunfando, nadie se opone a los "mercados", todos de rodillas.

El lenguaje cinematográfico de la doctrina del shock es menos sofisticado. Los dos son ejercicios sanos de crítica al sistema y a la pacata reacción de los políticos frente a esta dictadura de la "mano invisible", que escribía Adam Smith. Cuenta al final de la película Naomi Klein, mientras da una conferencia, que en tiempos de Roosevelt, los sindicatos le pedían mejoras salariales y reformas y que el presidente les dejaba acabar y les decía, ahora salir fuera y pedírmelo. El número de huelgas en su mandato superó las 4500, y pregunta Klein al auditorio si saben cuántas lleva Obama, la respuesta lo dice todo, 21.