domingo, 19 de junio de 2011

Hanna. Dir. Joe Wright

Según se desarrollaba la historia me daban risa esas idas y venidas de Hanna. Es una película "filobondiana", según Jordi Costa; entiendo que quiere decir seguidora de J. Bond. Tiene un punto de intriga, otro de formación de una adolescente, otro de amor paterno-filial y otro de biotecnología de ficción. Todo junto da algo raro, que va perdiendo interés y entidad, a pesar de que nos acercamos al climax final. Joe Wright es el director de "Expiación", y la recuerdo exagerada y artificial. Aquí ni sé qué busca Hanna, ni si lo que encuentra le conduce a algún lado. (espero que no sea la primera de una saga). Me quedo con las imágenes del bosque helado de Laponia y mejor dejar en el olvido esos pasajes folclóricos de relleno (otro signo de flojera) cuando Hanna está en Marruecos y en Andalucía.

Lo que opina Ana:
Mezcla de ciencia ficción y espionaje que alcanza sus mejores momentos cuando la película se aleja de la acción, se remansa y se hace más humana, cuando trata de explicarnos los sentimientos de una adolescente fuerte físicamente, pero perdida en los afectos y en las relaciones y necesitada de ellos como cualquier ser humano. Las relaciones de Hanna con una peculiar familia de "adopción" que la traslada desde Marruecos a Europa es lo más atractivo de la película. Una pena el recurso al estereotipo folclórico, especialmente visible en el retrato de una España nuevamente de charanga y pandereta, totalmente prescindible.
Lo más espectacular es, en cambio, el rodaje de las escenas de acción, donde la cámara busca narrar abriéndose a grandes perspectivas y cerrándose para encogernos y hacernos sentir atrapados.
Me pasé la película viendo a Tabby Toussaint encarnada en la protagonista, a su edad mi amiga inglesa tuvo que ser calcada a Saoirse Ronan.
Cate Blanchett borda el papel de mala, remala, fría como el hielo.