
Afirma el director que hay unas 350 tomas con efectos , pero "cosas bastante simples". Puede que así sea,ahora que los efectos especiales han alcanzado un grado de complejidad y especialización tecnológico-informático increible; sin embargo, aquí no aparentan menos, aunque sean artesanales. Jean-Pierre Jeunet tiene una capacidad narrativa envidiable; el comienzo es un prodigio de síntesis, en menos de 3 minutos nos ha dado toda la información necesaria para presentarnos al personaje principal, desde que era niño, hasta que, ya en la treintena, apararece trabajando en un vídeo club que se llama "Matador". A partir de ahí, un accidente le instala una bala en la cabeza, que enlaza con la bomba que mató a su padre, para afianzar su determinación de poner al descubierto a los fabricantes de armas y su ruin catadura moral, todo en un tono de una peculiar seriedad, sin ser cómica ni trágica. Para llevar a cabo sus planes cuenta con un grupo de colaboradores que excluidos de la sociedad, dan ejemplo por su valentía, inteligencia, conocimientos y valores.
Estamos ante una propuesta diferente, divertida, pero que no busca hacer reir, exagerada, pero dentro de un lenguaje narrativo perfectamente coherente y siempre interesante en la presentación en imágenes. Las "maravillosas píldoras" que menciona Javier Ocaña al referirse a esta película son mucho más abundantes de los que este crítico considera.
Lo que opina Ana:
Con casi dos años de retraso llega por fin a nuestras carteleras esta deliciosa película en la que hay momentos de grandísimo cine y que recuerda en el tratamiento de sus personajes a las grandes creaciones del cine mudo. La historia de un grupo de marginales luchando contra la industria armamentística francesa es demasiado naif, propia también de los planteamientos de un Charlot idealista.
Jean Pierre Jeunot se muestra como un auténtico genio de la narrativa cinematográfica, es capaz de condensar una historia y hacerla explícita en 5 minutos de metraje de manera perfecta, como ocurre al comienzo, cuando nos cuenta la azarosa vida del protagonista en sus primeros 30 años de vida. Es una pena que como largometraje no alcance esta misma maestría.
Lo que opina Ana:
Con casi dos años de retraso llega por fin a nuestras carteleras esta deliciosa película en la que hay momentos de grandísimo cine y que recuerda en el tratamiento de sus personajes a las grandes creaciones del cine mudo. La historia de un grupo de marginales luchando contra la industria armamentística francesa es demasiado naif, propia también de los planteamientos de un Charlot idealista.
Jean Pierre Jeunot se muestra como un auténtico genio de la narrativa cinematográfica, es capaz de condensar una historia y hacerla explícita en 5 minutos de metraje de manera perfecta, como ocurre al comienzo, cuando nos cuenta la azarosa vida del protagonista en sus primeros 30 años de vida. Es una pena que como largometraje no alcance esta misma maestría.