
Según Javier Ocaña es una "joya del romanticismo, una joya del cine". Viene muy bien para descubrir o recordar al poeta John Keats. Peca un poco de empalagosa, por el deseo de la directora de cuidar al máximo ambientes, tonos y colores, tanto de la naturaleza como de los interiores. No hay ninguna toma que no tenga un estudio detallado de estos aspectos, y en algunas imágenes se logra una belleza pareja a la de los versos de Keats. Me gustó la figura de Fanny Brawne, la amada de Keats; me gusta la determinación y la independencia que muestra, el trato displicente y superior que tiene con los hombres, curioso en esa época de inicio del siglo XIX; también me resulta curiosa la liberalidad y la comprensión de su madre.
Keats queda en un escalafón inferior, no es capaz de trasmitir los sentimientos desgarradores que merece esta historia canon del romanticismo: pasión y desdicha.
Lo que opina Ana:
Romanticismo a raudales, ambientación cuidadísima y una historia triste y pasional como pocas. La directora se acerca bruscamente a sus personajes para luego ir puliéndolos y llenándolos de vida. Consigue contar con acierto la tristísima historia de un amor imposible entre el joven poeta inglés John Keats y su vecina Fanny Brawne y que te la lleve grabada para siempre en tu corazón.