
Película difícil de juzgar, que roza constantemente el costumbrismo, el folklorismo, el sentimentalismo y el buenismo. Lola Dueñas la mantiene en pie y Pablo Pineda nos presenta con naturalidad, que no es poco decir, su historia, su personaje. No sé si tendrá razón Carlos Boyero cuando afirma que la carrera como actor de este individuo excepcional comienza y acaba con esta película.
Por lo tanto, aunque a veces la historia busque demasiados retruécanos, se dramatice para conseguir tensión un poco artificiosamente, la película se ve sin problemas, acompañado varias veces de una sonrisa. Lo que no sé explicarme es qué hacían 20 jóvenes ingleses o yanquis, todos varones, en las filas de atrás, tan ruidosos que hicieron volver la cabeza al mismísimo Agustín García Calvo. Desde luego si era aprender el español no escogieron la más sencilla, porque la dicción de Pablo y de otros chicos y chicas "Down" no es fácil. Eso sí, reían varonilmente en las escenas escabrosas.
Lo que opina Ana:
Tiene buenas intenciones, aprovecha la figura del excepcional síndrome de down Pablo Pineda, para construir con él un personaje de ficción que se hace creíble, precisamente, por su singularidad, ya que no hay muchos que como él puedan codearse de tú a tú con el resto de la sociedad y ser capaces de mantener un discurso plenamente inteligente. Su única barrera es su físico, pues intelectualmente es más hábil que muchos de los que le rodean. La historia tiene altibajos pero se deja ver gracias, en gran medida, a la interpretación de Lola Dueñas.