
El director norteamericano Cary Fukunaga ha querido hacer una película que sirva de testimonio y, como añadido, que desarrolle varias historias que atraigan y conmuevan al espectador, utilizando medios algo equívocos. Es extraño que una película como esta obtenga el premio de fotografía en Sundance 2009 (además de al mejor director). Embellecer una realidad tan cruda con puestas de sol, escenas nocturnas espectaculares y tomas paisajísticas de postal no casa demasiado.
Me ha gustado la parte que ser refiere a la banda de los Mara (agradecería, eso sí, subtítulos, porque te quedas in albis) y me parece muy inferior la de los inmigrantes (incluso la propia interpretación). Si se juntan y de la manera que lo hacen es una concesión comercial, que no sale muy bien. Decían las críticas que tenía más fuerza y dramatismo el documental "La vida loca" de Christian Poveda, asesinado por uno de esos individuos Mara. Desgraciadamente no lo puedo corroborar, poque ha durado una semana en el único cine donde lo proyectaban, siendo, además, el más valiente de todos, el Pequeño Cine Estudio Magallanes.