lunes, 30 de noviembre de 2009

El imaginario del doctor Parnassus


Es la película más imaginativa y desbordante de la cartelera. Es un cuento dentro de una obra de teatro, que utiliza todos los medios que la imaginación puede encontrar en la técnica. Ese carromato fantástico recorriendo las calles y los suburbios de Londres parece un buque fantástico, dentro del cual hay mundos insospechados y una lucha entre dos fuerzas juguetonas y traviesas, una quiere aparentar ser el diablo, pero no lo es, sólo quiere jugar; y el otro, no es dios, porque no aspira a su grandilocuencia, también quiere apostar y pensar que el mundo se reinventa asímismo con su continuo renacer, y para que eso suceda hay que dar carta blanca a los sueños. Los actores se lanzan dentro de este universo y Heath Ledger se mira al espejo y ve a unos amigos, que traspasado el espejo se convierten nada menos que en Jude Law, Colin Farrel y el soberbio Johnny Depp. Antes de ir a ver la película (o después) no estaría mal ver el vídeo de la canción de Tom Waits "Downtown train".
Lo que opina Ana:
Una joya, un mundo de ensoñación, un cuento que transciende a la película convirtiendo el propio rodaje en algo mágico.
Una nueva versión del Fausto ambientada en el Londres actual y que se aleja de ese escenario para adentrarse por nuevos caminos abiertos por la imaginación y llevarnos hacia mundos de fábula.
El drama de la muerte de Heath Ledger en pleno rodaje pareció que iba a hacer desbaratar todo el proyecto, no fue así, renació de forma casi milagrosa por la actuación desinteresada de tres de sus amigos: Jonny Deep, Judy Law y Colin Farrell, consiguiendo una unidad narrativa que parece haber sido ideada como tal desde el principio; no hay ruptura, todo es creíble, no importa que su personaje tenga cuatro rostros diferentes, se asume como lo más natural.
El diablo encarnado por Tom Waits es magnífico, así como el resto de los extraños componentes de este cuento tan bien contado.