sábado, 5 de septiembre de 2009

Enemigos públicos


Dese luego las críticas no se han quedado cortas: "Es una de las mejores cosas que le han ocurrido este año al cine norteamericano" (Carlos Boyero). "Una película extraordinaria" (Javier Ocaña, El País, 14 de agosto). Pero el domingo 30 de agosto, Tomás Eloy Martínez (ídem periódico) ponía una nota de desacuerdo. Y así me fui al cine. Y me quedo con Tomás Eloy Martínez. Podría repetir como mías sus opiniones: "Esta obra no es ejemplar...cuenta una epopeya trágica con innecesaria complejidad, con demasiados relámpagos de ametralladoras Trompson(...) la distancia y la falta de emoción con que Mann ha dibujado a sus personajes transforma la película en un mero despliegue narcisista".

Yo creo que le falta algo que la haga especial, que Dillinger (Johnny Deep) sea único, que destaque por algo, que se enganche a tu memoria con fuerza, por bueno, por malo, por tonto o por listo, por lo que sea; pero no es así. La ves y no se queda, no te pide un sitio en el lugar de tus películas preferidas. Pero hay que ir a verla, aunque sea por pasar unos segundos con Clark Gable, con una fuerza que nos hubiera gustado que alcanzase Jhonny Deep.
Lo que opina Ana:
Lo mejor, su cuidadísima ambientación y puesta en escena; lo peor, su larguísimo metraje, llega a aburrir, se hace lenta, la historia no consigue mantenerte en vilo, resulta fría y distante.